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La
Iglesia Católica, Apostólica y Romana de la República Dominicana tiene que
estar entre las más atrasadas y conservadoras del mundo cristiano. Se le debe
ubicar entre los siglos 15 y 16 cuando se iniciaron los movimientos de protestas
que terminaron dividiéndola y creando otras expresiones religiosas.</b>
Algunos
de nuestros más encumbrados sacerdotes deben extrañar al fraile dominico Tomas
de Torquemada, celebre inquisidor que durante sus masacres no establecía diferencia
entre cristianos y herejes porque esa era misión de Dios cuando todos llegaran
al cielo para ser juzgados por sus pecados.
La
iglesia condena el aborto en cualquier
circunstancia, no importa que esté en peligro la vida de la madre, ni que el
embarazo sea resultado de una violación. La vida, dice, comienza desde la
concepción.
La
iglesia católica dominicana no quiere control familiar. Que la gente tenga los
“hijos que Dios manda”. (Luego pide “mano dura” contra la delincuencia que
cometen los pobres muertos de hambre)
La
iglesia católica dominicana no quiere anticonceptivos. Nada de pastillas del
día antes o después. Nada de condones.
La
iglesia católica dominicana no quiere que la gente se masturbe porque también
es un pecado. (¿Y entonces?)
La
iglesia católica dominicana va por un camino, pero la gente va por otro, como
líneas paralelas.
La
iglesia católica dominicana no se da cuenta de que los tiempos han cambiado y
con el tiempo la manera de pensar y de actuar de las personas. La dinámica
social es indetenible.
Nadie
ha podido detener el tiempo, ni evitar las transformaciones sociales, ni
siquiera las dictaduras más inhumanas, crueles y sanguinarias. La propia
Iglesia Católica, que es resultado de
las guerras y los intereses que ella misma ha propiciado, ha podido detener el
curso del desarrollo humano. El dogma religioso, ni el terror del infierno
eterno para los pecadores, han detenido los procesos históricos.
La
fe, pura y simple, muda y ciega, no basta. La ciencia y la tecnología marchan a
pasos agigantados estableciendo verdades y destruyendo mitos. (La verdad
científica ya no es posible ocultarla, ni las herramientas que la tecnología
pone al servicio de la medicina, la agricultura y otras ciencias) Las iglesias
y las religiones de todo el mundo, tienen que estar a tono con los tiempos si
no quieren desaparecer.
La
Iglesia Católica Dominicana no impedirá los abortos aunque esté en la Santa
Constitución de San Leonel. No podrá evitar los anticonceptivos, ni la
masturbación aunque venga el Papa a decirlo.
Dice
su eminencia reverendísima que los “derechos sexuales son un invento de gente
sin principios”. Su eminencia reverendísima debería pensar mejor antes de
hablar. Y debería mirar hacia dentro. Ver lo que ocurre en su iglesia con la
sexualidad de sus miembros donde los pedófilos abundan.
La
educación sexual forma parte de la educación integral de una persona. La
educación no puede ignorar la sexualidad. Una sexualidad responsable solo es posible mediante la educación de niños
y niñas, como en efecto lo está haciendo Profamilia.
La
planificación familiar es fundamental hoy día para el desarrollo de cualquier
nación. De hecho el impacto del crecimiento poblacional sobre el planeta en
materia de alimentación, energía y otras necesidades, está siendo estudiado por
científicos de todo el mundo.
En
ese sentido, yo, al igual que miles de hombres y mujeres libres de este país
donde se supone existe un Estado de Derecho, laico por demás, estoy de acuerdo
con la educación sexual temprana desde las escuelas públicas, de la misma
manera que apoyo el aborto.
El
rol de la Iglesia no lo puede jugar el Estado. De igual modo, el rol del Estado
no lo puede jugar la iglesia. Cada cosa en su lugar. (El Feudalismo hace siglos
desapareció, eminencia reverendísima)