<b>SANTO DOMINGO.-
La comunidad capitaleña de Cristo Rey, incluidos estudiantes en riesgo de las
escuelas del sector, recibió este viernes “con los brazos abiertos” a cientos de
miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) que les llevaron
las debidas orientaciones sobre los letales efectos de los narcóticos, tanto
para el organismo como para la familia.</b>
Llamando a las
puertas de viviendas y a los transeúntes, así como a choferes y conductores que motu proprio se
detenían en sus vehículos en calles y avenidas, los oficiales de diferentes
rangos y agente de la DNCD le entregaban mensajes impresos preparados por la
institución, previa motivación sobre su contenido por parte
de los seleccionados para la actividad preventiva.
Los ciudadanos receptores
no solo asentían con gesto de agradecimiento, sino que muchos pedían más documentos
para servir de multiplicadores de la advertencia sobre las consecuencias de las
drogas legales e ilegales, llámese alcohol, tabaco, cafeína; las primeras, y heroína, marihuana, LSD, peyote, metanfetamina, cocaína, crack,
éxtasis, las segundas.
Este viernes le
tocó a Cristo Rey recibir a los hombres y mujeres de la DNCD que hicieron un
alto en sus obligaciones cotidianas de las oficinas, las calles, los puertos y
aeropuertos para llevarle el mensaje antidrogas, como parte del Plan de
Seguridad Nacional con que el Gobierno viene contrarrestando las acciones
delictivas en todas sus manifestaciones.
Mientras los
agentes debidamente identificados recorrían toda la barriada, llevando la buena
nueva, expertos de la DNCD les exponían ampliamente sobre el tema a los estudiantes en los salones de actos de los
liceos Instituto Politécnico Ángeles Custodios, Benito Juárez y Centro
Educativo Nuestra Señora de la Fe.
En el Benito Juárez,
situado en la avenida Nicolás de Ovando, decenas de alumnos de ambos géneros se
agolparon para escuchar atentos, qué son las drogas, cómo se mueven los
narcotraficantes para arrastrarlos hacia el consumo y que el destino final de
los consumidores es la muerte.
Escucharon a los
disertantes, coronel Braulio de la Rosa y el orientador Oscar, prevenirles que quien cae en drogas es un
enfermo sin remedio rechazado por la sociedad, y que los padres deben tener más
comunicación con sus hijos, no solo mediante llamadas por celulares, y que una de
las modalidades de los narcotraficantes para iniciar a la juventud en las
drogas son las llamadas hookas.
Escucharon que
las consecuencias asociadas al consumo de cualquier droga son la violencia y
los accidentes de tránsito, entre otras, además de la muerte segura del adicto.
El coronel De la Rosa hizo hincapié en
las “mulas”, es decir, las personas de cualquier edad, entiéndase niños,
adolescentes, adultos o ancianos, que son
preferidas por el narcotráfico para trasegar sustancias narcóticas, ya sea
adheridas al cuerpo o ingeridas en forma
de bolsitas.
El pánico
sobrecogió a los estudiantes, profesores y comunitarios presentes cuando el
expositor les mostró fotografías de cadáveres abiertos de personas fallecidas
al explotarles en su interior una sola de las bolsitas de cocaína que
pretendían llevar a otro país. Y como colofón, vieron con sorpresa cómo a los
perros adiestrados de la DNCD encuentran la droga donde quiera que esté.
17 de mayo, 2013.-