(21 de mayo, 2013) La tasa de desempleo urbano promedio regional podría bajar hasta 0,2 puntos porcentuales y ubicarse en un rango entre 6,4% y 6,2% en 2013, la más baja de las últimas décadas, según un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En la nueva edición de la publicación conjunta Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, ambas instituciones señalan que el crecimiento económico esperado para la región en 2013 (3,5%) permitiría mantener la tendencia positiva en los indicadores laborales.
CEPAL y OIT destacan que la tasa de desempleo de América Latina y el Caribe en 2012, de 6,4%, ya había sido la más baja de las última décadas, tras descender de 6,7% en 2011, cifra positiva si se considera la difícil situación laboral que viven otras regiones del mundo.
“Un optimismo cauteloso prevalece respecto a la evolución de los mercados laborales de la región en 2013. De cumplirse la proyección de crecimiento económico – de 3,5% – los indicadores laborales continuarían mejorando gradualmente, con nuevos incrementos de los salarios reales”, señalan Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y Elizabeth Tinoco, Directora Regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe en el prólogo de la publicación.
En su informe, la CEPAL y la OIT dicen que una generación de empleo relativamente fuerte permitió que el número de desempleados urbanos cayera el año pasado aproximadamente en 400.000 personas. Sin embargo, advierten que aún quedan en las zonas urbanas de la región alrededor de 15 millones de personas desocupadas que buscan trabajo y destacan que en 2012 el desempeño de los indicadores laborales fue heterogéne de 14 países analizados en América Latina, seis registraron una disminución de su tasa de desempleo de por lo menos 0,2 puntos porcentuales, mientras que en cinco se mantuvo estable y en tres (Guatemala, Paraguay y República Dominicana) subió.
Agregan que la situación fue más desfavorable en el Caribe de habla inglesa, donde tres de los cinco países con información disponible (Barbados, Jamaica y Trinidad y Tabago) sufrieron un aumento del desempleo entre 2011 y 2012, lo que lleva esta tasa a nuevos niveles máximos para los últimos 14 años en el caso de Barbados y para los últimos 16 años en el caso de Jamaica. Solo en las Bahamas la tasa de desempleo cayó, aunque se mantuvo en niveles muy elevados.
Además, se redujeron moderadamente las brechas de participación, ocupación y desempleo entre hombres y mujeres, hubo un alza del empleo asalariado de 3,5% y de alrededor de 4% empleo formal (con protección social), se redujo el subempleo por insuficiencia de horas y se incrementaron los salarios medios.
Los salarios mínimos reales aumentaron 2,8% en 2012 (1,3% en 2011), pero con grandes diferencias entre los países.
En la presente edición de Coyuntura laboral se realiza también un análisis de la evolución del concepto de trabajo decente, los progresos en la medición y los retos para la construcción de un Sistema de Información de Trabajo Decente, a 14 años de su primera formulación.
Sobre la medición de este concepto, el documento explica que el principal objeto de esta es proporcionar a los mandantes -gobiernos, trabajadores y empleadores- herramientas para evaluar los progresos de cada país en materia de trabajo decente. Sin embargo, se han encontrado algunos problemas de medición y de comparabilidad, especialmente en los países en desarrollo.
Por ello, los organismos precisan que actualmente no es posible establecer un juego común de variables de medición del trabajo decente, vigente para todos los países, y sugieren que los países avancen en su medición según las prioridades que establezcan con base en la información disponible y la que se pueda generar en el futuro. Sin embargo, es importante que se avance hacia una armonización entre los países, tarea para la cual cuentan con el apoyo técnico de la CEPAL y de la OIT.
Indican que es importante destacar los aportes de algunos países que han incluido, por ejemplo, no solamente el trabajo remunerado sino también el no remunerado y la utilización del concepto para destacar brechas existentes entre sexos, etnias y territorios.