Danilo
Medina está concentrado en hacer una buena gestión de Gobierno. Hasta ahora, sus
actuaciones tienen una alta aceptación entre los más variados sectores
nacionales, y ello incluso es aceptado hasta por sus más acentuados adversarios
políticos. La Constitución vigente prohíbe la reelección, lo que indica que,
por más bien que se maneje el Presidente al frente del Gobierno, por ahora se
descarta que vaya a buscar una repostulación.
Y además, se hace cuesta arriba imaginarse
siquiera que el mandatario vaya a dar riendas sueltas a algún motivo de apoyo a
favor de la reelección. A menos que se decida por la idea del referéndum,
contemplado en el párrafo II del artículo 272 de la Constitución. Esto si se
deja “alimentar el ego” con eso de que “usted lo está haciendo bien”.
La
imposibilidad para la reelección desata ambiciones en el litoral político al
que pertenece el Jefe del Estado. Mucho antes de que se haya elaborado la
agenda de lo que regirá en el Octavo Congreso ‘Comandante Norge Botello’, que
está a la vuelta de la esquina, en el PLD hubo resabios entre dirigentes. Y
hasta hubo quienes se desesperaron y sacaron a relucir sus aspiraciones
presidenciales.
Danilo
lleva 10 meses en el poder, y ha dado muestras de que quiere hacer un gobierno
usando un estilo muy distinto al de su antecesor, Leonel Fernández. Ambos
políticos provienen del mismo partido, pero sus formas de actuar es como si uno
y otro estuvieran ubicados en polos distintos.
Comprobado
está que el arte de ejercer la política con buenos resultados tiene mucho que
ver con los comportamientos exhibidos por los actores. Leonel, que en
determinadas circunstancias puede ser mucho más comedido que Danilo, ha dado
demostraciones de que sabe manejar el silencio cuando conviene a sus intereses
particulares.
Pese
al “bajón” que en los últimos meses ha experimentado la popularidad de Leonel
entre la población, distintos sectores no descartan la posibilidad de que el ex
gobernante sea el candidato natural del partido oficial para las elecciones de
mayo de 2016.
Los
resultados que arroja la reciente encuesta de Penn & Schoen evidencian ese
descontento. Pese a ello, Leonel
aparece ganancioso frente a Miguel Vargas (si este fuera el candidato del PRD)
43% contra 24%, números muy bajos,
debido a que en ese caso un 28% de los encuestados dijo que votaría por
otro partido.
También
la Vicepresidenta Margarita Cedeño, que en esa encuesta sale bien posicionada,
con simpatías hasta por encima de 60%, es colocada como una potencial candidata
para el 2016. Pero, aún es prematuro para hacer pronósticos.
Por
más que se especule respecto a que hay malestar en los vínculos que
necesariamente debe haber entre Danilo y Leonel, se debe colegir que, de cara a
la población, las relaciones entre ambos deben ser fluidas, transparentes, sin
dar motivo a las malquerencias.
Pero,
como es de entenderse, en política las apariencias pueden significar algo
diamestralmente distinto que los planes que haya de por medio.
Por
distintas vías se ha llevado el rumor, a través de un pasquín, de querer echar
lodo sobre supuestas pugnas por el poder entre los más cercanos
funcionarios y a la vez los de mayor confianza en el entorno del Presidente
Medina, como son Gustavo Montalvo, Carlos Pared y José Ramón Peralta. ¿Qué
se persigue con ello?
Un dat La encuesta de Penn & Schoen arrojó que un 85%
de los encuestados “está mucho más o algo más satisfecho con el gobierno de
Danilo Medina que con los gobiernos de Leonel Fernández”. Además, que un 91% de
los peledeistas piensa así y, como se plantea en las conclusiones de esa
encuesta, eso implica “un creciente liderazgo de Medina dentro de su partido”.
Esas diferencias contribuyen a reafirmar los liderazgos que,
dicho sea de paso, provoca celos en el álter ego. Y todo indica que Danilo
quiere seguir enarbolando su consigna de campaña, de “corregir lo que está
mal”, y “hacer lo que nunca se hizo”. El tiempo dirá.