Brasilia, 12 jul (PL) La propuesta de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, de convocar a un plebiscito para consultar a la ciudadanía sobre una reforma política tiene su lápida alistada en el Congreso debido al rechazo de los partidos políticos.
La mayoría de las agrupaciones representadas en el Legislativo calificaron de inviable la realización este año del plebiscito sugerido por Rousseff, como respuesta a los reclamos de la población que en junio pasado participó en multitudinarias protestas en más de 100 ciudades de Brasil.
El líder de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, pospuso asimismo la instalación de una Comisión para discutir el proyecto de la mandataria debido a divergencias entre legisladores del Partido de los Trabajadores (PT), en el Gobierno, y de otras agrupaciones aliadas de la administración federal.
"Hubo un mal entendido y se suspendió la instalación de la Comisión", resaltó Eduardo Alves, quien ratificó la potestad de ese órgano legislativo de hacer modificaciones, alteraciones y hasta decidir si habrá o no plebiscito.
Según voceros parlamentarios, solo tres formaciones políticas con representación en la Cámara -el PT, los Demócratas Laboristas y los comunistas del PCdoB- respaldan la consulta popular.
El resto de las organizaciones, encabezada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal socio de la coalición del Ejecutivo, rechazó la medida de Rousseff al alegar falta de tiempo.
La jefa de Estado sugirió celebrar el plebiscito sobre de cinco grandes puntos: financiación de campañas (pública o privada), el sistema electoral (voto proporcional, distrital o mixto), la suplencias parlamentarias, la manutención de las coaliciones y el fin del voto secreto.
Eduardo Alves dijo que los bloques partidistas abogan por impulsar transformaciones políticas con calma y después en 2014 realizar un referéndum, cuyos resultados serán tenidos en cuenta en las elecciones de 2016.
No hay forma de lograr los 171 votos necesarios para proponer un proyecto de decreto legislativo que garantice este año la consulta popular, aseveró.
El líder del PT en la Cámara de Diputados, José Guimaraes, reconoció la falta de respaldo a esa iniciativa de parte de aliados del Gobierno en ese órgano.
Estudiosos del tema alertaron asimismo sobre las maniobras de la oposición de desestimar la propuesta del Gobierno, con miras a impedir cualquier cambio en el escenario político, previo a los comicios de 2014.
El presidente de la Cámara admitió en días pasados que un grupo de legisladores trabaja en otra iniciativa de manera paralela a la de Rousseff, opción que sería considerada como un plan B.
La idea opositora es convocar a un referéndum el año próximo junto con las elecciones presidenciales de 2014 para que los electores ratifiquen o rechacen normas ya redactadas.
La Constitución brasileña otorga al Congreso la prerrogativa de convocar a un plebiscito o referéndum sobre reformas constitucionales, lo cual mantiene atado al Gobierno, que parece perder influencia en el Legislativo, entre sus tradicionales aliados.
Paralelamente, el Ejecutivo se propuso trabajar asimismo en otras áreas prioritarias como la responsabilidad fiscal y el control de la inflación, la salud pública, el transporte y la educación, pero también deberá buscar consenso entre un amplio segmento de diversidad política que controla estados y municipios./lgo