Si yo fuera la madre o alguien del núcleo de afectos del joven Edward Joseph Snowden; si tuviera la
forma de comunicarme con el, le diría que tomara, inmediatamente, un vuelo de regreso a su patria, a los EU y asuma las
responsabilidades que se derivan de sus acciones. Debe detener esa carrera deestartocando puertas en diferentes naciones para que le den asilo.
Parece que no
esta conciente de lo que implicó su acción, la fuerte bofetada que le propinó a su
gobierno al publicar documentos clasificados como secretos, que fueron puestos en sus manos
atendiendo a los compromisos propios de su cargo y que había jurado resguardar.
Debe regresar a enfrentar los hechos.
No es el único
culpable. También lo son los periódicos que
publicaron sus informaciones y más
aun, los organismos de seguridad que lo involucraron en esa delicada misión, sin
tomar en cuenta su grado de madurez emocional ni las precauciones propias de
este tipo de trabajo, peor aun, estableciendo medidas de control fácilmente
vulnerables.
Pero ¿Quién es Snowden?. Es un joven buen mocito, de mirada serena, nació en Carolina del Norte,
EU, hace 30 años, el 21 de junio de 1983.
No concluyó la escuela secundaria, sin embargo estudió computación, tecnología
de sistemas. Aprendió rápido. Se convirtió en Consultor Técnico. Tenía
alrededor de 24 años, cuando fue contratado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). El pasado mes de junio, atrajo la atención del
mundo, publicando documentos con
programas de vigilancias por Internet y teléfonos, manejados desde la Casa
Blanca. La repercusión fue estremecedora.
Hizo estas revelaciones a través de dos reconocidos medios de comunicación, que en cierto sentido lo
apoyaron y se aprovecharon de la falta cometida con su Patria. Dijo que decidió hablar para “proteger las
libertades básicas”, “que no podía con esa carga”. Si es así, simplemente debió
renunciar. Sus acciones ponen a dudar sobre
si un joven de esa edad, puede
con lo que involucra esa posición.
Muchos aplauden su acción y hasta lo consideran un héroe, ¡nada
mas errado y peligroso!. Los hombres seleccionados para cuidar
la seguridad e intereses de un
pueblo, no son ciudadanos simples de esos países, son, o al menos deberían ser,
hombres de patriotismo a toda prueba. Capaces de hacer lo requerido, para garantizar la estabilidad,
paz y progreso de los pueblos. La Biblia dice, que Dios ordenó a Moisés enviar
espías a la tierra de Canaán, la tierra prometida. Cuestión de seguridad.
Ellos hacen las tareas que los demás no nos atrevemos,
aun aquellas que públicamente no pueden reconocer, porque saben que los demás
ciudadanos, a los que protegen hasta con su vida y por quienes esas acciones
han sido hechas, no los entenderían y por tanto, no respaldarían. Ese trabajo
es de organismos especiales, para hombres especiales, preparados para realizar
tareas especiales. No los juzguemos a la ligera, con criterios simplistas, mediocres
ni demagogia barata.
Pocos países han respondido a la petición de asilo de Snowden. Algunos piensan que muchas naciones no quieren problemas con EU. Pero cabe la posibilidad de
que esos gobiernos, como celosos guardianes de su seguridad, estén haciendo lo
mismo y también tengan sus “expertos”. Por
tanto, no quisieran que al darle asilo a
Snowden, incentiven sus técnicos a que le hagan lo mismo y que de igual forma, otras naciones “los premien dándole asilo”. Es
una jugada peligrosa, la de proteger y atraer expertos super documentados pero débiles.
La mayor acción de hombría que podemos esperar de
Snowden , es su regreso a los EU. Debe darle el frente a las acusaciones que se
deriven de sus acciones, violatorias de sus compromisos y deberes con su
patria. Se sentirá mejor. Es un bono a su favor. Además, dará una lección de responsabilidad a su generación. Regresa a casa, jovencito. No te haga mas daño
ni le ocasione más dificultades a las naciones.