En los últimos meses
han muerto decenas de niños en diversas circunstancias, la mayoría de los casos
por descuido de los padres o tutores.
Ahogados en piletas,
aplastados por una puerta de hierro, achicharrados en incendios al quedar solos
en la casa, muertos por disparos de pistolas o escopetas en forma accidental, asfixiados
en el interior del baúl de un carro, muertos por golpes y castigos propinados
por sus progenitores, son los principales acontecimientos reseñados por los
medios de comunicación nuestros.
El 16 de junio pasado, tres niños de cuatro, tres y dos años
de edad, incluyendo a dos hermanos, fallecieron asfixiados en el maletero de un
carro estacionado. La tragediaocurrió en el sector Villa Fundación,
de San
Cristóbal, a un poco
más de 30 kilómetros al suroeste de la capital.
Ese incidente fue el más doloroso y hay que estar en el lugar
de esos menores para saber lo que significa estar encerrado de esa forma sin
posibilidad de salvarse.
En cada uno de esos hechos se ha evidenciado la
irresponsabilidad de los padres. Muchas veces, las madres se entretienen
hablando por teléfono, cherchando con alguien, y se descuidan con los niños. En
esas circunstancias se han ahogado infantes de apenas meses de nacidos,
mientras otros han corrido igual suerte electrocutados al introducir objetos
metálicos dentro de un toma corriente.
Lo más tétrico y penoso de estas tragedias son aquellos casos
en que los padres dejan solos en las viviendas a los niños con velas encendidas
y al regresar los han encontrado devorados por incendios.
Las autoridades deben aplicar todo el peso de la ley contra
los tutores irresponsables y de paso desarrollar amplias campañas públicas
sobre la forma de proteger a esas indefensas e inocentes criaturas.
A ese planteamiento hay que agregar las muertes ocurridas por
otras razones, como son por falta de información o recursos de sus familias,
pues miles de niños dominicanos mueren cada año afectados por enfermedades como
la neumonía, meningitis y sepsis o padecen lesiones graves, debido a la no
aplicación a tiempo de la vacuna contra la infección bacteriana del Neumococo.
Según un estudio levantado en el año 2011, la tasa
de mortalidad infantil en el país era
de21,3 muertes por 1.000 nacimientos. Es decir, 23,27 hombres por cada 1.000 y mujeres19,
25. No sabemos en la actualidad como andan las estadísticas respecto al año
pasado.
De acuerdo a un comunicado de la Presidencia de la República
divulgado en marzo del 2013, el país registra en los últimos diez años una tasa
de mortalidad infantil de más de 95 muertes por 100.000 nacidos vivos, cifra
que las autoridades pretenden reducir a 50 con la implementación de un plan
anunciado por el Ministerio Público.
Naturalmente, las estadísticas nunca son confiables en razón
de que quienes las trabajan las manejan a su antojo y las cotejan según los intereses
políticos. O sea, hay informaciones que se ocultan por razones políticas del
momento. Sin embargo, es necesario aplicar los correctivos de rigor para
reducir esas muertes de menores. Es cuestión de responsabilidad.