SANTO DOMINGO.- La
posibilidad de que los jóvenes entre 15 y 29 años de edad consigan un empleo en
el sector formal alcanza niveles alarmantes cuando se analiza en términos
territoriales, según el estudio Juventud y empleo en la República Dominicanadel
Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
De las seis regiones de
desarrollo del país tomadas como muestra, se demostró que los jóvenes tienen
una menor probabilidad de conseguir empleo en todos los casos respecto a la
región Ozama o Metropolitana, a excepción del Cibao Sur.
Los jóvenes que residen
en las regiones Cibao Nordeste, Cibao Sur, Valdesia y Yuma tienen en promedio
10 puntos porcentuales de diferenciade trabajar que otros jóvenes de su misma
edad que residan en la región Ozama o Metropolitana.Al hacer la misma
comparación, en las regiones Enriquillo y El Valle las diferencias
ocupacionales sobrepasan los 20 puntos porcentuales.
De acuerdo con el
estudio deleconomista e investigador Fabricio Gómez Mazara, publicado en la más
reciente edición de la revista Ciencia y Sociedad del INTEC, esto podría
explicarse parcialmente por el hecho de que el trabajo formal se concentra en
cuatro provincias: Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago y San Cristóbal.
El estudio plantea que
las actividades económicas que se desarrollan en las regiones en las que los
jóvenes tienen desventaja para trabajar son principalmente agrícolas y de
ensamblaje (zonas francas), por lo que sugiere que cualquier política para
mejorar la inserción laboral en los jóvenes debe pasar por un relanzamiento de
esos sectores por región.
Gómez Mazara propone
que el Ministerio de Trabajo amplíe y consolide los mecanismos de promoción y el
sistema de intermediación laboral, como una manera de facilitar la
incorporación laboral de la juventud, ayudando a conectar de forma eficaz la
oferta y demanda laboral.
También, expandir y
diversificar los servicios de asistencia en la búsqueda de empleo a nivel
regional y adecuar la oferta técnica y profesional respecto a la zona de
residencia de las personas, tomando en cuenta las características del mercado y
potenciales actividades productivas a desarrollarse.
Asimismo, Gómez Mazara plantea
en su artículo el establecimiento de incentivos a los empresarios para que
puedan contratar jóvenes que estén buscando su primer empleo y enfrenten
mayores barreras de integración.
Barreras
de inserción
Las preferencias
empresariales de contratar solo a personas con experiencia laboral es uno de
los principales obstáculos que enfrentan los jóvenes para insertarse al mercado
laboral, y de manera específica al sector formal.
Esta situación, provoca
que los jóvenes que hayan completado su educación universitaria tengan una
menor probabilidad de conseguir empleo que las personas mayores, y aún menor de
integrarse al sector formal, pues la mayoría de las ofertas de empleo
publicadas en los medios de comunicación exigen cinco años de experiencia,en
promedio.
A juicio de Gómez
Mazara, el fenómeno podría explicarse en el alto costo laboral que enfrentan
los empresarios del sector formal para emprender la rotación. Es decir,
despedir trabajadores con varios años laborando en la empresa por otros más
jóvenes implica el pago de altas prestaciones laborales que están establecidas
en la legislación vigente.
En ese orden, el
también consultor internacional y docente del INTEC plantea la necesidad de que
se revise o adecúe la regulación laboral existente, para facilitar la inserción
de jóvenes al trabajo pero respetando los derechos adquiridos de los
trabajadores.
El estudio, reseña que
otras dificultades que enfrentan los jóvenes de entre 15 y 29 años de edad para
conseguir empleo,y que han sido corroboradas por investigaciones del ministerio
de Trabaj exigencia de niveles académicos que no poseen, incluyendo el
bachiller; no tienen documentación legal completa; buena presencia
(vestimenta); referencias personales; currículum, papel de buena conducta y
manejo de computadoras.