<b>El ministro de
Economía, Planificación y Desarrollo, Temistocles Montás, lanzó este miércoles desde
el Palacio Nacional un llamamiento al cambio en la matriz productiva para la
solución de problemas de la población infantil y adolescente, considerada de
relevancia estratégica para el desarrollo nacional.</b>
El funcionario
hizo la exposición en el discurso que leyó en
su nombre la directora de la
Unidad de Análisis Económico y Social del Ministerio,
Magdalena Lizardo, en la presentación del “Análisis de la situación de la Infancia y la Adolescencia en la República Dominicana
2012”
(SITAN, por sus siglas en inglés), en el Salón Verde del Palacio Nacional.
El estudio,
que abarca el período 2000-2010, estuvo a cargo del Ministerio de Economía, el
Consejo Nacional para la Niñez y la Infancia (CONANI) y el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Al acto
asistieron representantes del cuerpo diplomático acreditado en el país así como
también de instituciones públicas y privadas, de organizaciones no
gubernamentales y de la sociedad civil en general, informó la Unidad de Comunicaciones
del Ministerio.
La
representante de UNICEF en el país, María Jesús Conde, dijo en su oportunidad
que aunque hoy los niños, niñas y adolescentes del país viven mejor que hace
diez años, como lo consigna el informe, “las desigualdades subsisten y en
algunos casos aumentan”.
De su parte,
la presidenta ejecutiva de Conani, Kirsys Fernández, resaltó como un
instrumento indispensable en lo adelante el contenido del informe, por
considerar sus informaciones insumo esencial para el diseño de estrategias y de
políticas de acción a favor de esa población.
Estuvo
antecedida por la Embajadora Nacional
de Buena Voluntad de Unicef, Jatnna Tavárez, quien englobó este informe y otras
actividades institucionales como muestra de que esa población es de interés
para toda la sociedad dominicana.
En su
exposición, Montás atribuyó la persistencia de desigualdades que afectan a esta
población a la persistencia de “obstáculos estructurales” que deben ser superados
para lograr mayores y más rápidos procesos de reducción de pobreza.
Sostuvo que la
mayor necesidad para vencerlos es “la construcción de una matriz productiva
basada en la incorporación de mayor valor, generadora de más empleos de calidad
en las zonas rurales y urbanas, incluyendo a la población joven que se
incorpora al mercado laboral, así como un ordenamiento socio-económico que
permita lograr mayor justicia social”.
Aunque el
Informe evidencia que los desafíos son mayores en la población menor de 18 años
de las zonas rurales y fronterizas, aseguró que ello es prioridad en la agenda
del gobierno, a través del 4% para la educación y el aumento de la calidad
educativa.
Además en el programa
“Quisqueya empieza contigo”, en la ampliación de la cobertura del programa
“Progresando con Solidaridad”, y en el cumplimiento de sus condicionalidades, en
los programas orientados a superar las deficiencias en salud materno-infantil, la
atención a discapacitados y los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil.
Montás recordó
que en 2011 el 41% de la población estaba en condición de pobreza monetaria en
general, un nivel inferior al de la población menor de 18 años que se hallaba
en condición similar.
Destacó que el
Informe asocia esa situación a que los hogares pobres tienen una mayor
presencia de personas menores de 18 años, en promedio 2.7 en hogares en
condición de pobreza extrema, 1.9 en los de pobreza general y 1.03 en los
hogares no pobres.
“Las metas de reducción de la pobreza
establecidas en la Estrategia Nacional
de Desarrollo 2030 para el 2015 muestran una tendencia promisoria en el caso de
la pobreza extrema, aunque lo óptimo sería que también lo fuese en lo relativo
a la general, donde será necesario un mayor esfuerzo”, comentó.
Reveló que
cuando se elaboraba la propuesta de Estrategia Nacional de Desarrollo reflexionaban
sobre cuánta capacidad individual y colectiva sería necesaria desarrollar para afrontar
los desafíos del actual mundo global, sus veloces cambios, y cuáles valores y
principios debían de pautar el comportamiento personal y nacional.
“Es imposible responder a estas preguntas sin
considerar la inversión en la población menor de 18 años. Pues lo que se haga
con los niños, niñas y adolescentes de hoy
determinará nuestras capacidades como nación en el 2030. No solo me refiero a la inversión de recursos
materiales, sino también al esfuerzo que realicemos en todos los órdenes para
formar una generación fortalecida integralmente”, reflexionó.
Dijo que esos retos pueden ser afrontados por el país
con la Constitución,
que garantiza los derechos de niños y adolescentes, en favor de quienes ordena priorizar la atención,
lo que explica que en los últimos años se hayan desarrollado múltiples
políticas e iniciativas protectoras de sus derechos para elevar su bienestar.
“Particularmente,
la presente gestión de gobierno ha puesto todo su empeño en
implementar políticas de alto impacto en
el desarrollo integral de la infancia y
la adolescencia”, recordó Montás.
Consideró de particular relevancia y preocupación el que
en el país haya todavía niños y adolescentes en el trabajo infantil donde exponen en algunos casos hasta sus vidas.
También que haya trabajos abusivos, situaciones de
explotación y situaciones que vulneran la dignidad de los menores de edad, algo
que consideró no debe ser tolerado.
Montás citó en ese sentido la puesta en ejecución por
el gobierno, coordinado por el Ministerio de Trabajo y con la colaboración de la OIT y de UNICEF, un programa para
eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2015 y totalmente para
2020.
El ministro ubicó la raíz de muchos de los problemas
que afectan a los niños, niñas y adolescentes en la falta de un entorno
protector que debe ser garantizado por
la familia, por la comunidad y por el
Estado.
“La responsabilidad de los padres va desde la atención
prenatal y la declaración de nacimiento
oportuna hasta ofrecer condiciones de salubridad y seguridad a los menores de edad en el hogar”, sugirió.
Dijo que actualmente en el país preocupa la gran
cantidad de adolescentes embarazadas que expone el cuidado adecuado del recién
nacido y la salud de la madre, e igual
preocupación por la violencia y la participación de los jóvenes en situaciones
de violencia y crimen.
“El Informe SITAN que hoy presentamos nos permite
hacer un alto en el camino, reflexionar hasta dónde hemos llegado y nos
identifica aquellos aspectos que necesitan mayor atención y esfuerzo. El
gobierno dominicano asume el desafío de
una mejor articulación de la agenda de trabajo a favor de los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes, donde ellos sean parte activa de su propio futuro”,
concluyó Montás.