La República Dominicana tiene tantos problemas que
algunas veces uno desearía que haya un presidente con una varita mágica que los
resuelva con solo decir ¡abracadabra!, lo que no ha podido lograrse ni siquiera
por vía de las armas. Pero sucede que una cosa es con guitarra y otra con
violín.
El presidente Danilo Medina cumple este 16 de agosto su
primer año de gobierno, y mientras más pequeños problemas enfrenta, se
mantienen y surgen otros de mayor envergadura. No es posible, como quieren muchos,
que el problema eléctrico y la inseguridad ciudadana, por ejemplo, se solucionen mediante un Decreto. Tampoco es verdad que
aumentando los salarios se pondrá fin al agiotaje, pues lo hizo don Antonio
Guzmán cuando fue presidente, dizque estimulando la “demanda inducida”, cuyo
resultado fue que los precios persiguieron los salarios, y todo siguió igual.
Nuestro país no es Brasil, donde el entonces presidente Lula aumentó
extraordinariamente los sueldos y sacó de la pobreza a casi 40 millones de
brasileños, con una pujanza industrial enorme y con empresarios con sentido
patriótico, que entendieron que no era justo perseguir los salarios.
En nuestro país ocurre que si a una caja de arenques, por
ejemplo, los importadores le suben diez pesos, los comerciantes le aumentan
esos mismos diez pesos ¡a cada libra!
Se reclama al gobierno que baje los precios, pero quienes
así exigen se olvidan que el gobierno no tiene empresas para lograr ese
propósito. Esa es sencillamente la verdad.
El presidente Medina tiene a su favor, en medio de tantas
precariedades, que ha logrado mantener
aproximadamente un 80 por ciento de popularidad, principalmente porque
en su actitud personal y en su accionar público se ha diferenciado de su
antecesor, el ex presidente Leonel Fernández. Medina ha ido a lugares donde
jamás presidente alguno ha ido, para solucionar pequeños problemas que, al fin
de cuentas, son coyunturales, pero que realmente no son los grandes que tiene
el país, aunque todo parece indicar que hace esfuerzos para lograrlo.
Creo importante señalar que a ese incremento de la
popularidad de Medina hay que sumar la gran labor realizada por su esposa Candy
y la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, ayudando a los menos
pudientes, con un bajo perfil protagónico, como si cada una trata de no
sobresalir sobre la otra, en una especie de acuerdo no escrito.
Sobre la corrupción, decimos que la permisibilidad para
que prevalezca, fruto de una Justicia verdaderamente ciega, cuando le conviene,
es un grave obstáculo para una moralidad
casi perdida. Pero tenemos que admitir que se trata de un fenómeno mundial, sin
que esto la justifique. Son las ambiciones del ser humano que llevan a la
corrupción, que cuando no es sancionada se convierte en hábito. Hay corruptos
porque hay corruptores, lo que quiere decir que los primeros también merecen
ese calificativo. Balaguer decía que “si quieres saber quién es Mundito, dale
un mandito”, una exacta descripción de una gran mayoría de quienes han sido
privilegiados al ser designados en cargos públicos importantes.
No importa que se diga que la Justicia está controlada
por tal o cual grupo o personaje. Hay que insistir ante ella precisamente
reclamándola, sin desmayo, hasta el agotamiento. Es insensato reclamar Justicia
mediante la violencia, que puede justificarse contra un régimen opresor, no
contra el democrático que tenemos.
En el primer año de gobierno del presidente Medina
citamos tres logros fundamentales: el Plan Nacional de Alfabetización, que
pretende sacar de la ignorancia a más de 800 mil dominicanos iletrados, que
apenas saben firmar con una cruz: la asignación de un 4% para la Educación,
tantas veces postergado a pesar de la Ley; y la modificación del contrato con
la firma minera canadiense Brarick Gold, para mejorar los ingresos del Estado.
Como resultado del enorme déficit fiscal que encontró, la
actual administración realizó una desagradable Reforma Fiscal que a todos nos
afecta, ante lo cual muchos nos preguntamos qué hubiera ocurrido si eso no se
hubiera hecho. Simplemente, me respondo, habría habido que cerrar el gobierno.
Creo que, a pesar de los problemas, que no han sido
mencionados en este artículo por limitaciones de espacio, se espera un mejor futuro. Está ahí la
modificación del contrato con la Barrick Gold (que por cierto no ha sido
enviada al Congreso) podría
generar unos US$400 millones en ingresos para el Gobierno en el transcurso de
este año; el reinicio de las exportaciones de bauxita hacia China, que generará
unos 40 millones de dólares en lo que resta de 2013; las exportaciones de
tabaco durante el año 2012-2013 que ascendieron a
US$574.3 millones. En el
primer semestre del año los ingresos por impuestos internos alcanzaron RD$163,132.5 millones, con un incremento de 7.7% comparado con el mismo
periodo del año anterior. Con respecto a enero-julio del 2012, el actual
periodo presenta RD$11,661.1 millones adicionales y un cumplimiento de 97.8%
con relación al estimado.
Como puede apreciarse, el futuro económico del
país no es tan malo como algunos auguran, aunque se necesita profundizar los
cambios, para sacar de la pobreza extrema a más de un millón de dominicanos.
Pero, como dice el refrán popular, una cosa es con guitarra y otra es con
violín. Hasta ahora solo hemos escuchado la guitarra; falta oír el violín.
Santiago Estrella Veloz/DiarioDigitalRD