SANTIAGO.- Ramón
Antonio (Negro) Veras, conocido y munícipe y abogado de esta ciudad, consideró
que esta demarcación se ha convertido en una pocilga de puercos de pobres,
donde predomina el desorden organizado por conveniencia, hasta el extremo de
ser un medio social nauseabundo.
Para lograr
que esta zona recobre la limpieza y organización que la caracterizó en años
pasados, propuso la integración de un movimiento de contenido cívico “teniendo
al frente a hombres y mujeres de vergüenza, que quieran a Santiago, dispuestos
a obligar a las autoridades de la alcaldía a cumplir con la ley, la decencia,
la transparencia y la honradez”.
En un
documento público, Veras precisó que en toda el área urbana de aquí por todas partes
se respira un aire fétido “donde la visión y los oídos son agredidos por
letreros y ruidos aceptados por paga y el tránsito vehicular es ubicado en
rutas diseñadas para beneficio económicos de terceros, en perjuicio de la
comunidad”.
“Para aceptar
tranquilamente que Santiago llegara al estado de degradación en que se
encuentra en la actualidad, necesariamente tenía que producirse una combinación
de indiferencia, tolerancia, indolencia, apatía y dejadez, todo ligado a un
total desinterés y absoluta despreocupación por lo que constituye el perímetro
de nuestra ciudad”, agregó.
Para a
seguidas puntualizar que “solamente una situación de inexplicable unidad
explica que lo sucio, desordenado y bochornoso sea aceptado como normal y corriente por hombres y
mujeres inteligentes y brutos; buenos y malos; nobles y perversos, ricos y
pobres, canallas y cobardes, sinvergüenzas y honorables”.
A juicio de
Negro Veras “el desbarajuste, la desfachatez e insolencia demuestra que nuestra
ciudad es administrada bajo una situación solamente aceptada por munícipes para
los cuales da lo mismo vivir como ratas que como seres humanos civilizados”.
Consideró que
en esta ciudad las personas decentes no confían en la Alcaldía, aunque no
tengan el valor de hacérselo saber al alcalde Gilberto Serulle “Los munícipes
santiagueros no creen en la verdad ni en la mentira expuesta por la alcaldía;
la confianza hacia ésta comienza y termina en cero y no es para menos”.
De acuerdo a
Negro Veras “lo peor de todo es que no se vislumbra, por ahora, una salida
airosa a la debacle en nuestra ciudad porque cada día, desde la alcaldía se
acciona como si sus integrantes estuvieran actuando acorde con las aspiraciones
del pueblo, como si todo lo que ha hecho la alcaldía actual estuviere
santificado por los hombres y mujeres de Santiago, principalmente por sus
organizaciones cívicas, de profesionales, comerciantes, industriales y
empresariales”.
Estimó que, para
que Santiago se convierta en un medio social habitable, organizado, higiénico y
con el respeto y la consideración de las autoridades edilicias, lo primero es
que ha de surgir un movimiento de contenido cívico, teniendo al frente a
hombres y mujeres de vergüenza, que quieran a Santiago, dispuestos a obligar a
las autoridades de la alcaldía a cumplir con la ley, la decencia, la
transparencia y la honradez.
“De lo
contrario, Santiago seguirá siendo, como hasta ahora, una ciudad con mujeres y
hombres decentes, pero que viven en el pasado, añorando el Santiago de ayer;
mientras otros viven el Santiago de hoy, aceptándolo como está, inviable, sucio
y desorganizado”, concluyó.