<p class="MsoNormal">Los caminos que condujeron hasta un logro
que desde todos los litorales se valora con satisfacción, orgullo y esperanza:
la llegada presidencia de la República de un ser humano de las virtudes de
Danilo Medina, fueron tortuosos y desafiantes, pero fueron recorridos con
firmeza, coraje, audacia y convicción.
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">Buena parte del trayecto se efectuó en nado
contra una corriente embravecida que arrastraba desde el hondón de la tradición
caudillista y mesiánica del país
argumentos tan afianzados como el de que nuestro hombre jamás se terciaría la
banda presidencial porque carecía de carisma para encantar a los electores, un
supuesto atractivo intangible que traen consigo algunos líderes y que les
allana el camino de la popularidad.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">Pero si Dios no le facilitó el don de
despertar emociones con su figura, su oratoria o con sus gestos, lo compensó
con atributos que se colocan muy por encima de esas cualidades y que lo
convirtieron primero para los peledeísta s y después para la gente sin partidos
que empezó a tratarle, en el político más querido, admirado y respetado.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">Y qué bueno que desde que Danilo Medina
puso el primer pié en la calle, retomando a partir del 2006 la meta que la
realidad del 2000 impidió alcanzar, estuvo consciente de que su fortaleza
estaba en la fuerza de sus propuestas, que
no salía a vender un hombre sino un proyecto de nación, y que solo
merecía la presidencia de la República si conquistaba el corazón de los electores.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">En las campañas anteriores a las que
terminó triunfante, el había tenido un hándicap: muy querido a lo interno pero
no le acompañaba igual comportamiento a lo externo. La lección la asimiló y en
la última ocasión era la opción de triunfo del PLD porque era el de la mejor
imagen exterior, respaldo que conquistó con el aval de honestidad de un
servidor público que ha pasado por responsabilidades muy importantes sin
enriquecerse, acompañado de un trabajo que lo llevó a desarrollar miles de
encuentros con pequeños grupos para escuchar y debatir sus ideas.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">No ha llegado a la presidencia porque tenía
una meta personal inconclusa, sino porque a lo largo de su militancia política,
experiencia de Estado y conocimiento de la realidad social dominicana acumuló
un proyecto inspirado en las ideas de su gran mentor y líder, el profesor Juan
Bosch, que solo podía poner en práctica al frente de la jefatura del Estado.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">Que sea la gente y sus adversarios los que
estén pregonando con más entusiasmo las buenas nuevas de descubrir a un
político que no es una cosa con guitarra y otra con violín, su preocupación por
la exclusión, el analfabetismo y la pobreza no eran piezas de un discurso, son
la esencia de su programa, para enfrentar esos flagelos buscó su turno.<o:p></o:p></span>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-VE">El sabe que tiene que transformar la
industria eléctrica, que tiene que fortalecer la seguridad ciudadana, que tiene
que propiciar la generación de empleos de calidad, que a la par tiene que
sembrar las cimientes de una escuela transformada, que no puede y jamás ha
estado en su esquema tolerar la corrupción, que ese gran respaldo que la gente
le ha dado a su primer año de gestión, le representa grandes retos, sabe que
tiene batallas tan titánicas como las que libró para mejorar los beneficios del
contrato con la Barrick, pero con voluntad, entereza, prudencia e inteligencia
legará un país mejor encaminado. <o:p></o:p></span>