<b>Miguel Vargas le teme a Hipólito Mejía. Le tiene un miedo de espanto. No
lo puede ver ni en pintura. Palidece cuando lo tiene de frente. El presidente de facto del PRD le teme al hombre que pasó por la
presidencia de la República sin robar ni matar, al que lo convirtió en súper
ministro y luego lo apoyó para que fuera lo que es hoy, lo cual no le agradece. </b>
(El que cría cuervos luego le sacan los ojos) (Se lo advertí durante la campaña
interna del PRD cuando le propuse que apoyáramos a doña Milagros Ortiz Bosch)
El presidente de facto del PRD le teme al carisma, al liderazgo, a la
capacidad de trabajo, a la experiencia política y a la honradez de Hipólito.
El presidente de facto del PRD sabe que no le ganaría a Hipólito en
ningún terreno. Que si va a unas elecciones pierde mucho a poco, no importa
cuánto dinero invierta, ni las trampas que haga. Por eso lo expulsa sumariamente
del partido.
Pero no solo le teme el presidente de facto del PRD, también le teme,
como el diablo a la cruz, Leonel Fernández, que lo considera el único obstáculo
para volver al poder con su pandilla en el 2016. Es por eso que utiliza al
Tribunal Superior Electoral para que respalde todas las barbaridades y todas
las ilegalidades del presidente de facto del PRD.
Ese sátrapa que ilegalmente ocupa la Casa Nacional del PRD habla de
unidad, pero sobre la base de que lo escojan candidato presidencial. Estaría
dispuesto a permitir la incorporación de los expulsados, pero después de haber
sido “electo” presidente del partido y candidato presidencial. No antes.
El presidente de facto del PRD sabe que no cuenta con la mayoría, que
las bases lo respaldaron en una ocasión porque Hipólito así lo quiso. (El más grave
error de su vida)
Ahora bien, Miguel no es el único
problema del PRD. El otro problema del PRD de Andrés Bautista, Orlando Jorge
Mera, Geanilda Vásquez, Hipólito, Luís Abinader, Guido Gómez, Eligio Jaques,
Milagros Ortiz, César Sánchez, Tony Peña, Vicente Sánchez Baret, etc., es el
individualismo.
En ese grupo o facción no existe un espíritu de cuerpo. En ese sector
hay muchas agendas individuales. Cada quién anda por su lado. En ese grupo parece haber demasiadas
aspiraciones y ambiciones que no le permiten actuar cohesionado. Ahí nadie
parece ser de nadie, salvo es de sí
mismos. No son de Hipólito, ni del PRD. No responden a nadie a menos que las
circunstancias aconsejen lo contrario. No saben, pobres tontos, que el todo es más importante que cualquiera
de sus partes, que salvar al PRD es la tarea principal y fundamental, pues de
lo contrario las aspiraciones y ambiciones, por legítimas que sean, no se
concretaran. Que sin un partido unido no
hay posibilidades de triunfo para nadie.
Las individualidades le están haciendo mucho daño al PRD, pero sobre
todo a los que están alrededor del ex presidente Hipólito Mejía, donde también
hay muchos que le temen a su fuerza y a su liderazgo, que más de uno, pobre
hombre, está esperando el momento oportuno para darle la
puñalada trapera como lo hizo, Miguel Vargas.