“Busco el hombre de mi vida, marido ya tuve” es el tipo de representación teatral de las nuevas corrientes que, sin ser teatro en el sentido ortodoxo, usa los recursos escénicos para llevar un tema que toca profundamente a una parte del público (las mujeres) y que denuncia creativamente la otra (los hombres).
Las tres intérpretes logran una interconexión a dos niveles: entre ellas mismas y con el publico, manejando un tema que resulta emotivamente incendiario por la conformación de un texto de la autora bonaerense, adaptado por Andrés Tulipano, quien incluso se queda corto al resumir las mentiras de los hombres casados, de las cuales se dialogan 9, cuando en realidad son mas de 40.
Teatro para reírse y para pensar con calma las deformaciones que hemos sufrido tantos hombres como mujeres a partir de los estertores del mercado del enamoramiento y la domesticación de las pasiones , alienando expectativas y anulando esperanzas de una vinculación verdadera, sólida, renacida cada día desde si misma.
Es disfrutable la gama de sensaciones que produce el disfrute de un triálogo cómico de la argentina Daniela Si Segni, interpretado en Teatro Las Máscaras por las experimentadas Lidia Ariza, Grace Moore y la refrescantemente chispeante y juvenil Pamela de León, ante un público que se pelea por cada una de las 42 localidades del pequeño y relativamente inmenso escenario montado hace 10 años en la Arzobispo Portes como proyecto de Germana Quintana la Ariza.
Teatro de “masas”
El teatro se encuentra en uno de sus momentos de mayor incidencia en la cartelera. Los tiempos en que ocho y diez personas nos reconocíamos entre los concurrentesSala Ravelo, por solo mencionar una establecida, han pasado, en tiempos en que Bellas Artes era un espacio extendidamente cerrado por “remodelación” y apenas Casa de Teatro mantenía una oferta más o menos permanente.
Ahora con el apoyo el público gracias a eventos como los Festivales de Teatro, el surgimiento de salas independientes, el activismo creciente en las salas establecidas, el nacimiento de figuras escénicas de relevo, la experiencia de las ya establecidas, el teatro tiene un resurgir que le transforma en una opción masivamente respaldada por la gente.
Se hace mucho teatro, pero no siempre es fácil lograr ese punto casi inalcanzable de ordinario en el cual se conectan con fuerza inusual artistas en el escenario y su público, construir ese puente en el cual ambos pasan a ser una masa única de sentimientos y sensaciones en base a una historia que toca pieles, humor y almas.