<b>PUERTO PLATA.- El
expresidente del gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, estimó que por
primera vez la mejor residencia para el futuro de Latinoamérica es su presente,
porque hay más sistemas democráticos consolidados que nunca, con una progresiva
estabilidad institucional.</b>
No obstante,
consideró que en ese nuevo orden las mujeres tienen que jugar un papel mucho
más estelar que el que hasta ahora han desarrollado, en el entendido de que
debe ser de esa forma porque así lo requiere una sociedad digna y avanzada.
La apreciación en tal
sentido la expuso la tarde de este jueves el ex mandatario al pronunciar una
conferencia sobre la crisis en Europa y su efecto en Latinoamérica, en la
apertura de un cónclave que reúne aquí a parlamentarios de Europa y a colegas
pertenecientes al Parlacen, Parlandino, Parlatino y Parlasur.
Precisó Rodríguez
Zapatero que el positivo presente que viven los latinoamericanos se demuestra
“porque hay crecimiento económico y una demostración de resistencia por primera
vez ante una crisis financiera internacional”.
A su juicio, en estos
momentos en América Latina se observan avances en la reducción de la pobreza “porque
hay cambios en la capacidad de extender la igualdad de oportunidades a través
de la educación y un empuje en la salud, porque cada vez se asume con mas
intensidad”.
Al retomar el tema de
la importancia de la mujer en la sociedad latinoamericana, Rodríguez Zapatero
sostuvo que no habrá progreso sin ellas e invitó a la ciudadanía a denunciar y
combatir cualquier tipo de machismo.
El expresidentes del
gobierno español definió el machismo como la expresión de la mayor dominación que ha habido en la historia de la humanidad.
“Tenemos que
recuperar en pocos años tantos siglos de dominación, porque la democracia y la
libertad es la extinción de cualquier tipo de dominación, por lo que hay que
combatir esa lacra horrible que es la violencia hacia la mujer, que es machismo
criminal, que necesita de una denuncia continua, de una presión de los poderes públicos,
encabezada por los parlamentarios”, arguyó.
De acuerdo a su
criterio, no basta con reducir la pobreza, sino también las
desigualdades porque el continente presenta, a pesar del crecimiento económico,
unos índices muy altos de desigualdad y para ello tiene que haber un salario mínimo
digno.
Dijo que la
democracia y la política tienen un ante sí un nuevo reto que es cómo construir
un orden global racionalizador, lo que definió como el gran desafío de estos
tiempos.