<b>Milton Wainwright, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la citada Universidad y autor principal del trabajo, señaló que aunque la mayoría de las personas sostendrá que las partículas deben haberse desplazado a la estratosfera desde la Tierra, es sabido que microorganismos de ese tamaño no pueden elevarse hasta esas alturas.</b>
Londres, 20 sep (PL) Investigadores de la Universidad británica de Sheffield encontraron formas de vida extraterrestre en la estratosfera, a 27 kilómetros de altitud, según explican en un artículo divulgado en el Journal of Cosmology.
Milton Wainwright, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la citada Universidad y autor principal del trabajo, señaló que aunque la mayoría de las personas sostendrá que las partículas deben haberse desplazado a la estratosfera desde la Tierra, es sabido que microorganismos de ese tamaño no pueden elevarse hasta esas alturas.
La única excepción podría deberse a una violenta erupción volcánica (que empujara a esas partículas hacia arriba), pero nada de eso ha sucedido durante los tres años en que hemos estado recogiendo muestras, destacó el científico.
En ausencia de un mecanismo capaz de explicar cómo estas partículas pueden ser transportadas desde aquí hasta la estratosfera, lo único que podemos hacer es concluir que esas entidades biológicas se originaron en el espacio, agregó.
Por lo tanto, nuestras conclusiones son que la vida está llegando continuamente a la Tierra desde el espacio, que la vida no está restringida solo a nuestro planeta y que es prácticamente seguro que no se originó aquí, aseveró Wainwright.
"Si la vida sigue llegando de forma continua desde el espacio, entonces debemos cambiar por completo nuestra visión sobre la Biología y la evolución. Habrá que reescribir por completo los libros de texto", manifestó.
Las muestras fueron tomadas mediante pequeños filamentos desplegados y expuestos al espacio en un globo que permaneció entre los 22 y los 27 kilómetros de altura, durante la lluvia de estrellas de las Perseidas.
Los investigadores explicaron que se tomaron todas las precauciones para evitar contaminación, y garantizan que los organismos detectados proceden de la estratosfera, sin embargo, un próximo experimento arrojará los resultados finales.ls/vm
<b><font size="3">La lluvia del Halley</font></b>
La investigación ha sido publicada en Journal of Cosmology, pero el equipo ya tiene preparados nuevos datos que aparecerán en la misma revista durante las próximas semanas. Tanto Wainwright como sus colegas esperan poder extender y confirmar sus impactantes resultados llevando a cabo un nuevo vuelo en octubre,coincidiendo con la lluvia de estrellas asociada al cometa Halley. El investigador espera encontrar entonces nuevos organismos que no dejen lugar a dudas.
Como es sabido, las lluvias de estrellas se producen cuando la Tierra, en su órbita, atraviesa la estela de partículas dejadas por el paso de cometas cercanos. Al colisionar con el planeta, muchas de esas partículas atraviesan la atmósfera, se queman y dan lugar a espectáculos celestes que cautivan la imaginación de millones de personas. El más reciente fue el de las Lágrimas de San Lorenzo, el pasado mes de agosto.
Si las conclusiones de Wainwright se demuestran sin lugar a dudas, podríamos estar contemplando en directo un episodio de“panspermia” en el que un cometa “siembra” vida en nuestro planeta.
“Por supuesto –asegura Wainwright- se podría argumentar que existe , aunque aún sea desconocido, un mecanismo capaz de transferir microorganismos tan grandes desde la Tierra a la estratosfera,pero lo más plausible son nuestras conclusiones. Sin embargo, la prueba definitiva llegará con un próximo experimento, absolutamente crucial, llamado “fraccionamiento isotópico”. Entonces tomaremos algunas de las muestras que hemos aislado, procedentes de la estratosfera, las introduciremos en una máquina y apretaremos un botón. Si el porcentaje de ciertos isótopos arroja un determinado número, entonces los microorganismos proceden de la Tierra. Si el número es otro, entonces proceden del espacio. Obviamente, la tensión que tenemos es tal que resulta casi imposible vivir con ella”.