SANTIAGO.- Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la
arquidiócesis de esta ciudad, consideró que los escándalos que se han producido
últimamente y que afectan a la Iglesia católica, son como una cizaña sembrada
por el demonio en el seno de esa institución.
En ese sentido, el prelado pidió perdón por los pecados cometidos
por sacerdotes, las religiosas y
consagrados, bajo el argumento de que “no somos perfectos”.
El planteamiento fue hecho por de la Rosa y Carpio anoche, al
pronunciar la homilía en una misa concelebrada que encabezó en la Catedral
Santiago Apóstol el Mayor, de esta ciudad, al iniciarse ayer la celebración por
los 60 años de fundación de este arzobispado, festividad que se extenderá hasta
septiembre del año próximo.
En el acto religioso se dieron cita obispos de diferentes puntos del
país, entre ellos Jesús María de Jesús Moya, de San Francisco de Macorís;
Nicanor Peña, de La Altagracia; José Dolores Grullón, de San Juan de la
Maguana; Julio César Corniel Amaro, de Puerto Plata y Rafael Leonidas Felipe
Núñez, de Barahona, así como el obispo
emérito de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Francisco José Arnaiz.
Presentes estuvieron, también, sacerdotes y laicos de las distintas
parroquias que funcionan en esta ciudad.
De la Rosa y Carpio sostuvo que pedía perdón a Dios “por todo lo que
no hemos hecho como iglesia en estos 60 años y por todas las veces que no hemos
dejado crecer los carismas y que impedimos y ahogamos el espíritu santo”.
No obstante, el arzobispo de la arquidiócesis local garantizó que la
iglesia podrá enfrentar todos los obstáculos y que las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella y que, en lo que respecta a Santiago, puede decir que
la misma está fundada para siempre.
“Podremos tener muchas y nos atacará el diablo de muchas maneras,
sembrando cizañas en medio de nosotros, porque él se ocupa de crear los malos
ejemplos entre nosotros, en todos los estamentos, en todas las partes del
cuerpo de la iglesia, lo que nos hace sufrir mucho y es verdad”, subrayó.
En su homilía, de la Rosa y Carpio estimó que la iglesia siempre será
perseguida, pero garantizó que las puertas del infierno no prevalecerán contra
ella. “Siempre se ha dicho que la iglesia tiene que purificarse de la cizaña y
siempre será perseguida y no debemos extrañarnos de eso”.
Al inicio de la eucaristía fue leído un mensaje que, a nombre del papa
Francisco, envió al arzobispado el cardenal Tarcisio Bertone, en su condición
de secretario de Estado de Su Santidad, en el que el santo padre invita a toda
la comunidad arquidiocesana en Santiago a identificar su relación con Cristo, a
través de la meditación de la palabra de dios, la celebración digna de los
sacramentos y el testimonio de caridad.
Asimismo, alienta a dar un mayor impulso misionero y evangelizador a sus actividades
eclesiales, para llevar a todos los hombres el mensaje cristiano de salvación.