<b>Londres, 17 oct (PL) El icónico rockero británico Lemmy Kilmister vivió cómo quiso y como tal morirá: el cantante y bajista de la banda Motorhead afirma estar preparado ya para la muerte.</b>
La estrella de 67 años, célebre por sus patillas y su sombrero de ranger, reconoció sus graves problemas de salud, que nunca negó pues forman -según expresó- "parte del rico tapiz de la vida".
Motorhead suspendió recientemente un concierto en Alemania cuando el vocalista se desvaneció en la sexta canción, por un hematoma que le causó la diabetes que agrava sus viejos problemas cardíacos.
Pero aunque todos le piden que se lo tome con calma, este rockero de estirpe se rehúsa, una porque detesta que le digan qué tiene que hacer, y otra porque está conforme con su destino.
"Me gusta pensar que le he dado mucha alegría a muchas personas en todo el mundo. Soy fiel a mí mismo y no me arrepiento de nada, porque no tiene sentido", dijo a la revista Classic Rock.
Hace unos años dejó de fumar y ahora renunció al whisky y el azúcar, pero recuerda que "la muerte es inevitable, y uno se vuelve más consciente a mi edad: no me preocupa, estoy preparado", afirmó.
"Cuando me vaya, quiero irme haciendo lo que mejor sé hacer. Si muriera mañana, no podría quejarme. Ha sido bueno", concluyó.
A su vez, la banda Motorhead emitió un comunicado tras suspender el concierto en la ciudad alemana de Wacken, reconociendo que Lemmy salió al escenario sin estar recuperado para complacer a sus fans.
Señalaron que los casi 85 mil seguidores disfrutaron "una corta, pero potente, actuación antes de que Lemmy finalmente se percatase de que había mordido más de lo que era capaz de masticar".