<b>En los últimos
20 días el mundo no Americano ha sido testigo silente de uno de los pugilatos
políticos más incomprensibles de este siglo. Las contradicciones a lo interno
del Partido Republicano en los EEUU y la frustración de una Casa Blanca incapaz
de conectar con la minoría Republicana del Tea Party, que ha secuestrado el
accionar congresual en la Cámara de Representantes, llegó a poner en riesgo la credibilidad y capacidad
de solventar las acreencias de la economía más poderosa que la humanidad haya
conocido.</b>
Para comenzar
a entender como una parte significativa de la clase política norteamericana ha
estado y sigue propiciando acciones que ponen en riesgo el normal desenvolvimiento
del capitalismo mundial, tenemos que remontarnos a la Presidencia de G.W. Bush y
el resurgir de la nueva ultra derecha en los EEUU. El hecho de que Bush
incrementara los servicios de Medicare, propusiera una reforma migratoria y
rescatara a
los bancos y fondos de inversión de Wallstreet en el 2008, dejó altamente
frustrado a un segmento importante de la línea ultra conservadora del país.
Si esto se
complementa con la elección del primer presidente Afro-Americano y el empuje
del partido Demócrata hacia reformas de gran impacto como la del Sector Salud
(llamado por los Republicanos Obama Care) la cerrazón encuentra un amplio caldo
de cultivo en las mentes cerradas que rodea una amplia porción de los
ciudadanos en los Estados Rojos!
Para la mayor
parte de los políticos dentro y fuera de los EEUU tomar acciones que pongan en
riesgo el crédito internacional del país y su capacidad de continuar generando
riqueza, es
absurdo. De las naciones desarrolladas, solo el Presidente Norteamericano
debe de refrendar el aumento del endeudamiento fiscal que generan los programas
sociales, pensiones, etc que ya existen y son ley! Es decir el Presidente, si no logra
que el Congreso le apruebe los aumentos en los topes de endeudamiento, se encuentra
en la disyuntiva de tener que violar una ley para hacer cumplir las otras; algo que riñe totalmente con sus obligaciones constitucionales
de velar por que se cumplan todas las leyes de la nación.
Si bien se
pudiese tomar como un argumento importante para debatir y remediar a través de
políticas públicas, el creciente problema del déficit fiscal y el financiamiento
externo de la economía norteamericana. No es menos cierto que todas las
proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso indican que el déficit fiscal
norteamericano estará por debajo del 2% del PIB para el 2015 y que dentro de 10
años el total adeudado estaría por debajo de su nivel actual de 75% del PIB!
Por lo que lo
sensato no puede ser inmovilizar la nave que se pretende capitanear (los
argumentos del Tea Party y sus representantes Republicanos de que hay que
acabar con Washington no tienen sentido, si estos pretenden “gobernar”
Washington), sino más bien proveerla de los instrumentos para que navegue de
manera más holgada. Todas las proyecciones indican que el promover políticas
que activen y dinamicen la economía norteamericana, reduzcan el empleo y
aumenten sus exportaciones tendrán un mayor impacto sobre sus finanzas públicas y los planes de
reducción de deuda que el anular la credibilidad del Estado Norteamericano y
las reformas del Sector Salud.
Esperemos que
nosotros acá podamos también aprender de estas acciones y comenzar a manejar
nuestro ejercicio político
con mayor seriedad y atendiendo al bienestar colectivo y no a las pasiones y
aspiraciones individuales de nuestros congresistas. De pronto la eliminación de
programas tan lesivos y populistas como el afamado barrilito y el financiamiento de los
partidos políticos sería un buen tubo de ensayo…