<b>Un pastor evangélico emparentado
conmigo me dijo hace un par de años que Satanás tiene en la tierra un ejército
de seguidores tal vez superior a los feligreses cristianos.</b>
Esa vez creí exagerado su
comentario, pero viendo algunos comportamientos humanos en el mundo estoy casi
convenciéndome de que lo dicho por el religioso no está lejos de la realidad.
Me llamó la atención el caso de
un hombre en Santiago que violó sexualmente a su madre, un hecho que considero endemoniado y aterrador.
Han ocurrido casos de hijos que
han golpeado a sus padres, del hijo que mata al padre y viceversa por diversos
motivos, en especial por litis judiciales relacionadas con los repartos de
tierras o herencias.
En algunos de esos crímenes, los
protagonistas han estado poseídos por la ingesta de sustancias alucinógenas (crack,
cocaína, heroína, mariguana, etc.), de acuerdo a los reportes reseñados por los
medios de comunicación.
Cuando suceden esos hechos, la
gente tiende a expresar que esas son obras del Diablo, del demonio o Satanás
para demostrarle a Dios que es quien
manda en la tierra.
No hay dudas que la droga juega
un papel de primer orden en el comportamiento conductual del individuo, al
extremo que crea las condiciones para incrementar el odio, la maldad, la
envidia, las ambiciones, el deseo insaciable de acumular riquezas mal habidas, la
insensibilidad, etc.
Mi primo pastor considera que la
droga es un engendro del Diablo y los que la consumen sus mejores aliados.
Cuando hablo de droga, también
hay que citar al alcohol, que es una droga legalizada que se vende masivamente
al público sin restricciones y que es la causante de miles de muertes de
conductores en accidentes desastrosos, así como de asesinatos y homicidios.
Las bellaquerías de Satanás se
reflejan también en la conducta de los adolescentes que se han convertido en
los nuevos instrumentos para sus maniobras. Tal vez esa es la razón por qué los
jóvenes se ven involucrados en crímenes lamentables (yo diría repudiables)
contra sus padres, amigos y novias.
Viendo las cosas de la forma que
la expone el pastor, pienso que para derrotar al demonio no bastaría rezar las
potentes oraciones que figuran en la Biblia, pues se ha demostrado que esos
predicamentos no son letales contra el Diablo.
La droga es la principal aliada
del Diablo. El problema está cómo erradicarla del escenario de la sociedad,
tarea difícil de concluir por cuanto se trata de un negocio del cual vive mucha
gente, tanto por el consumo como por la venta, en las grandes y pobres
naciones.
Siendo sincero (y perdonen si
consideran que estoy errado), no creo que puedan acabar el tráfico de esa
sustancia, pues además que constituye un “inmenso” placer para los millones de seres humanos que la
consumen, es una forma rápida de hacer fortuna en quienes la venden. Todo se
convierte en una doble moral.
De ahí el por qué mi primo pastor
deduce que Satanás está gobernando la tierra, lo que daría justificación a Dios
para destruir al hombre antes de lo programado (menos a los elegidos) y hacer
un mundo nuevo.