El asesinato de las Hermanas Mirabal, junto a su chofer Don Rufino de la Cruz, un hecho tramado con saña por testaferros del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina ha marcado la historia de lucha de las mujeres con valentía, firmeza, amor por su Patria y sus pueblos.<br><br>Y lo escribimos en plural, “por sus pueblos”, porque ellas, las nuestras, las de todos, lucharon por la libertad de la humanidad y como tal, su vil asesinato es un acontecimiento triste que trascendió la República Dominicana y se recuerda a nivel mundial. El ejemplo de estas tres mujeres, que destacó en su época y continúa siendo inspiración de las luchas por la libertad de nuestros pueblos, ha llegado a todo el mundo convirtiéndolas en figuras políticas de dimensión universal.
Es por ello, que en su memoria fue instituido el 25 de noviembre como elDía Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres,mediante la Resolución No. 54/134 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, el 17 de diciembre de 1999. Previo a esta resolución, en 1993, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mediante la Resolución 48/104, del 20 de diciembre de ese año, en la que definió la violencia contra la mujer como“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada”.
La propuesta para que se conmemorara esta fecha tuvo su origen en la República Dominicana, con el apoyo de más de 80 países a nivel mundial. Como respuesta a ese apoyo sucedieron desde entonces diversas agrupaciones, encuentros, seminarios, que fomentaron declaraciones para que se institucionalizara la fecha en honor a las Hermanas Mirabal. En julio de 1981, en Bogotá, se realiza el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, ocasión en la que fue declarado el 25 de noviembre como Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, evento que también enmarca el origen de la fecha.
La violencia de género (que incluye a mujeres y hombres), en todos los ámbitos, es un tema global que está marcando estadísticas escalofriantes en nuestra América, en los malos tratos verbal, físico, psicológico, laboral, acoso y violación sexual, asesinatos, torturas a prisioneras políticas, y discriminación de todo tipo, lo que demanda de forma urgente respuestas institucionales para invertir el incremento de las estadísticas.
En el caso de la República Dominicana, conforme las estadísticas del Ministerio de la Mujer, de la Policía Nacional y de la Procuraduría de la República, 54 mujeres han sido asesinadas en lo que va del presente año;
también han sido asesinados 18 hombres; 200 mujeres son asesinadas por año; desde el año 2000 a la fecha han sido asesinadas 2,300 mujeres; 711 hombres se han quitado la vida luego de asesinar a sus parejas o ex parejas; 7,980 menores de edad han quedado huérfanos, y, alrededor de 19, 258 mujeres han quedado con lesiones de severas, graves a leves.
Estas estadísticas demuestran la urgente necesidad de una atención prioritaria al tema, especialmente en la educación y aplicación estricta de la justicia a los casos denunciados; cabe destacar que contamos con las estructuras e infraestructuras institucionales y los recursos humanos para atención a las víctimas de violencia de género, en el marco de las políticas gubernamentales; asimismo, se han producido varios formatos educativos impresos y publicitarios, pero algo está incidiendo en la implementación eficaz y efectiva de dichas políticas, porque, es inentendible que funcionarios y funcionarias de ciertas instancias sean quienes cuestionen y se alarmen con las estadísticas.
Existen obligaciones concretas de los Estados para prevenir la violencia, tratar sus causales, tomando en cuenta la desigualdad histórica y la discriminación generalizada, e investigar, enjuiciar y castigar a los agresores; por tanto es imprescindible asumir esos compromisos y dar respuestas tangibles en ese sentido.
El gobierno dominicano ha definido muy claro sus políticas sociales, mismas que deben ser reorientadas por los respectivos responsables de las instituciones competentes para producir cambios verificables en la población con la aplicación de esas políticas, de modo que llevemos mayor información, orientación y educación sobre los valores humanos, los conceptos de familia y convivencia pacífica a la sociedad. Esta labor debe ser desarrollada en el seno familiar, centros académicos, iglesias, partidos políticos, organizaciones sociales, entidades públicas y privadas, incluidos los medios de comunicación, y se produzca una campaña participativa que alerte sobre el peligro de la violencia generalizada.
En ocasiones el tema se politiza, mirándolo solo como resultado de la seguridad ciudadana que debe brindar el gobierno, y consecuencia de la pobreza y pobreza extrema que viven sectores más vulnerables; debe mirarse también que hacedores de la política y personas de clase media y alta, incurren muchas veces en algún tipo de violencia, casos han trascendido públicamente. Es evidente que hay un mal de fondo que parece ser cultural y se sale del marco de los valores humanos y familiares que se complican con una conveniente interpretación y actuación entre el machismo y el feminismo, cual competencia entre hombres y mujeres; unos queriendo ser más machos y otros confundiendo la cuestión de género sólo para mujeres, cual sexo “débil”, que no existe.
Es necesario mayor concientización y capacitación sobre el tema para entender que ninguno está por encima del otro; y no hablamos de parejas, sino de seres humanos con iguales derechos y deberes. Este día debe servir para la reflexión profunda, con la conmemoración de cada año y siguen incrementándose las estadísticas.
Cierto es que el tipo de violencia que termino con la vida de las Hermanas Mirabal es política, persecutoria, represiva; que muchas mujeres en la región han sido y son víctimas de este tipo de violencia, otras tantas de violencia de género que es la más arraigada en los últimos años; que nuevas modalidades de violencia están copando nuestras sociedades, como consecuencias del narcotráfico, alterando la dinámica de la convivencia pacífica; también es cierto que este Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres debe llamar a la reflexión de todos y todas sobre las actitudes generalizadas hacia la vida y la relación humana, con la evidente pérdida de valores, los niveles de corrupción, la ambición desmedida por más de lo que se tiene, la división y rotura de familias, el irrespeto entre las personas, el descrédito de la clase política, la desnaturalización cultural por la penetración de modelos foráneos, en fin, una diversidad de aspectos que nos sustraen dentro de un modelo neoliberal que sus propulsores, desde dentro y fuera, procuran imponernos más allá de lo meramente económico y financiero.
Un suspiro de esperanza en memoria de las Hermanas Mirabal, con un “Amén de Mariposas”, para llamar la atención de los Estados (grandes y en desarrollo) de la clase política, de la sociedad en general, de cada uno y una en particular y decidamos juntos un Alto! de verdad al flagelo de la violencia de género y de todo tipo, para desocupar la agenda nacional y global de un tema cuya solución está en las manos humanas que se unen por la Libertad, el Desarrollo sostenible y la Paz.
Martha Pérez es
Secretaría de Asuntos Internacionales del MIU