Señor Misael.-Quiero felicitarlo por su columna publicada en la “Prensa Dominicana”, llamada: “¡Germania; cuídate que el Tío “Sam”…te espía!, que trata sobre la doble moral mostrada por la canciller alemana sobre el espionaje de los gringos a la canciller. Todo cuanto Ud. dice es una gran verdad, pues todo el mundo sabe que, en político no existen los amigos sino los aliados. Y EE.UU a través de la historia ha hecho de la política un negocio, donde ellos siempre van por delante de todo el mundo, donde el fin justifica los medio, y lo único que les importa son sus intereses particulares.
Ustedes como nación, que estuvieron intervenidos por EE.UU desde 1905, en forma parcial, y en forma total, como colonia desde 1916 hasta 1924 y el intento del 1963 “guerra civil de abril” saben en carne propia que los gringos no se vienen con juegos cuando se trata de defender sus intereses, y son y han sido maestros del despojo y la rapiña de los bienes económicos y territoriales de otras naciones. A mi patria, Colombia, la despojó de Panamá en 1903, porque necesitaba construir el Canal de Panamá; a México le quitó el 47 % de su territorio en la guerra de 1846 a 1848, contra dicha nación, y pare de contar casos similares con otras naciones.
Sobre otra de sus columnas, sobre el escritor Mario Vargas Llosa, y donde dice que Dominicana debería declarar persona no grata al escritor, creo no estar de acuerdo con dicha opinión, pues considero de las pocas ocasiones en que el brillante escritor se expresa del lado de los más débiles, pues es un gran burgués, que está del lado de los poderosos y olvidó sus inicios como escritor pobre, cuando llegó becado a Paris en busca de futuro, fama y dinero, en los finales de los cincuenta e inicio de los de los sesenta. El criterio de Vargas Llosa, en lo relacionado sobre el fallo de la Corte Constitucional de su país, que le niega el derecho de ciudadanía a los haitianos nacidos en Dominicana después de 1929, lo considero muy acertado.
Bien es sabido en otras naciones la animadversión que existe de dominicana y sus nacionales hacia los haitianos, por los enfrentamientos y guerras en su historia, por la pobreza extrema y el color de su piel de los haitianos, y por muchas otras causas que desconozco. Si el dictador y asesino Leónidas Trujillo, ordenó la masacre del Perejil en 1937, donde se cree fueron masacrados entre veinte mil y treinta mil haitianos, pobres, cortadores de caña e inmigrantes; si, siendo Trujillo, nieto de un haitiano, ordenó tal crimen, se puede uno preguntar, que más no harán otros dominicanos en su actitud racista hacia los haitianos.
Considero que tener un vecino tan pobre en extremo, que es una carga para todo el mundo, como lo es la república de Haití, no lo desearía ningún país; pero también es cierto que los haitianos que viven en Dominicana, han adquirido derechos con los años de permanencia en su patria, que la Honorable Corte dominicana no puede ignorar.
Att. Viterbo de la Rosa Céspedes Villa, ciudad de Medellín; Colombia. [email protected]
“Carta enviada”.
Mi querido y muy distinguido Victerbo.
Entre las correspondencia que a diario recibo, su carta en particular, sembró en mi la semilla de la curiosidad a tal grado que una simple mirada no me bastó y decidí hacerle un exhaustivo análisis con la intención de ver cuál es la percepción captada en la comunidad latinoamericana sobre la sentencia 168-13 de nuestro Tribunal Constitucional Dominicano (TC).
Después de tomar su comunicado como parámetro de estudio para medir el efecto causado en los países hermanos “Latinoamérica” llegué a la conclusión de que usted como otros tantos perceptores de mis artículos no se han percatado de que mi postura frente a las críticas hechas a nuestra sentencia por parte de Vargas Llosa no es la forma la que me preocupa, al contrario, sino más bien es el fondo del asunto.
Recuerde que a este señor como también a ese grupo de empresarios e intelectuales Dominicanos, dedicados a desacreditar nuestro país, nunca le ha interesado el dolor Haitiano. Entonces mi pregunta es la siguiente de donde le surge repentinamente tal interés. A mis lectores y a usted lo incluyo quiero persuadirlos y decirles que la buena fe es presumible y estos señores saben de ello.
Me dice usted que es bien sabido en otras naciones la animadversión que existe de dominicana y sus nacionales hacia los haitianos. Hasta ahí es comprensible su postura debido a que no ha vivido en primera persona las razones que originan el conflicto y simplemente se remite a los hechos desde una perspectiva basada en el bombardeo publicitario que a nivel internacional han emprendido Estados Unidos, Francia, Canadá y otras naciones de dudosas y oscuras intenciones para con nuestro país.
Al leer el cuarto párrafo me parece que usted, mi distinguido lector, se ha dejado influenciar de aquellos que pretenden hacer creer que República Dominicana es la culpable de todos los males de Haití. Pero no es así. Acaso esos mismos le han contado, como dije en su momento, que:
1º Haití fue el primero en agredirnos, cuando redactó su primera constitución 1901, cuando y por mandato de su primer presidente, Tousaint Louverture, quedó pautada que la isla es única e indivisible. Argumento Magistral para la invasión de 1822-1844.
2º En nuestro país hay un total de entre 18,000 a 20,000 mil Haitianos que estudian en colegio, instituto y universidades.
3º Los ciudadanos Haitian@s son atendidos en igualdad de condiciones en nuestros hospitales y que cualquier eventualidad no es culpa del estado Dominicano, sino casos aislados de personas sin escrúpulos.
4º República Dominicana, nunca, según datos históricos ha agredido a ninguna de sus autoridades, en cambio ellos han agredido a una que otras de nuestras autoridades “el caso del presidente Fernández”.
5º Nosotros les hemos construido universidades, colegios, etc. y que es lo que hemos recibido de ellos ¡tan solo desprecio!
6º Cuando su funesto terremoto fuimos los primeros en abril la frontera prestándole dentro de nuestras posibilidades la ayuda posible.
Por tanto si hay alguien racista y xenófobo es la misma República de Haití para con sus ciudadanos, ya que le prohíbe a esos dominico-haitiano tener nuestra nacionalidad debido a que su constitución establece en los artículos: 11, 15 expresando claramente que los hijos de estos nazcan donde nazcan son ciudadanos Haitianos.
Sobre el genocidio cometido por el tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, hecho conocido como la masacre de perejil, ocurrida en el mes de octubre/1937, me parece que mete usted a todos los Dominicanos en un mismo saco lo que considero un error colapsar, ya que este régimen no solo asesinó Haitianos, sino que también nos exterminó una generación de intelectuales 1930-1961 de la que nadie habla.
Por tanto termino diciéndole a la comunidad internacional que dejen de estar buscando culpables donde no lo hay y que de una vez por todas demuestren que Haití es un problema de todos y no de su vecino. Es necesario que este país comprenda y ustedes están en la obligación de hacérselo entender que la solidez de un estado reside en la educación, forestación, tecnificación en el área agrícola, entre otras.
Sin mas quien le aprecia.
Dr. Misael Pérez Montero, País Vasco-España