Agradezco al doctor Robert Golberg, patólogo
forense, miembro activo del Instituto Nacional de Patología Forense (INPF), y
fallecido hace apenas unos meses, el relato de la muerte y posterior autopsia
de la Diana, la inigualable princesa de Gales (de soltera Lady Diana Frances Spencer) nacida en Sandringham
House, Norfolk, el 1º de julio
de 1961 y
declarada muerta tras un escandaloso accidente el31 de agosto
de 1997, en
París.
Su
muerte fue polémica, mas no así su autopsia. En vida muchas presencias y circunstancias
marcaron su vida, pero nunca la admiré por su reinado de princesa en Gales,
aunque –lo confieso–, me ha impresionado la evolución de su educación: había
fracasado en todos los estudios que llevó a cabo y concitó con un tremendo
carisma la atención del mundo. Desde el mismo día de su matrimonio recibió
espantosas críticas, que la consideraban como una persona de carácter inestable.
Los detalles de su vida no los sé, pero sí creo haber averiguado los de su
muerte.
El presente relato
es de la autoría de un amigo, que lo mejor hubiera sido que él mismo contara lo
que me envió, antes de su muerte y que ahora doy a conocer a los amables
lectores que gustan de estos temas. He aquí el resumen ordenado de los hechos.
«La madrugada del 31 de agosto de 1997, la mujer más
famosa de esos días, la Princesa Diana, de Inglaterra, murió trágicamente en un
accidente automovilístico, cuando su conductor borracho, Henri Paul, se
estrelló a alta velocidad contra el pilar central No. 13 de los que dividen el
túnel de L’ Alma, en París.
«Ella, su acompañante Dodi Al Fayed y su conductor
murieron. Su guardaespaldas, Trevor Rees-Jones, sobrevivió, después de una cirugía
de 11 horas, durante la cual, entre otras cosas, los médicos franceses del
Hospital Pitie-Salpêtrie de París, reconstruyeron su cara.
«La princesa comenzó a sangrar por la boca, nariz y
oídos, después del accidente y surgió un convulsión generalizada, debido a la
falta de sangre en el corazón que no podía enviarla a l cerebro.
«Tan pronto se cuerpo aún con vida llegó a la
emergencia del hospital mencionado, el doctor Bruno Riou, Jefe del equipo de
cirujanos de la Emergencia, comprendió que tenía una gran hemorragia interna
que la estaba matando, Riou la conectó enseguida a la máquina de circulación
extracorpórea (heart-lung machine), luego le abrió el tórax y aplicó masajes al
corazón con sus manos. No podía salvarla.
«El cadáver de la Princesa Diana fue llevado a
Inglaterra, donde se la practicó una autopsia, cuyos detalles aquí revelamos.
Se pudo establece que su muerte se debió a una lesión que aplastó el tórax y al
fenómeno de desaceleración súbito, el cual causó el desprendimiento de la vena
pulmonar izquierda. La desaceleración causada al chocar con el vehículo con la
pared del túnel, desarticuló sus costillas de delante hacia atrás. Su esternón
empujó su corazón hacia atrás, arrancando la vena pulmonar izquierda de su
inserción en el aurícula izquierda, a pesar de la elasticidad de ese vaso
sanguíneo. La vena derramó sangre en la cavidad torácica y desplazó los órganos
del mediastino.
«La fuerza del impacto (se cree que el vehículo iba a
una velocidad de 160 kilómetros por hora al momento del impacto), también
desprendieron el pericardio en la base de la aorta. Al desprenderse la vena,
una de la más importante del cuerpo, porque trae sangre oxigenada del pulmón al
corazón, este carecía de sangre para bombear, particularmente al cerebro, por
lo que la hipoxia severa que sobrevino, le produjo una convulsión y pérdida del
conocimiento.
«El sangramiento por los oídos sugiere una fractura en
la base del cráneo o de una de las vértebras de su cuello. Su cerebro fue
agitado dentro del cráneo como una barra de una campana cuando se le hace
repicar, su tejido fue entonces desgarrado y sangró.
«Al chocar contra la columna no. 13, dentro de la
estructura del túnel a 160 kph el Mercedes, desaceleró a cero en una fracción
de segundo y eso ejerció una fuerza gravitacional sobre el cuerpo de Diana de
cinco veces la fuerza de la gravedad. En esas circunstancias alguien que pese
100 libras, de repente pesa 500. En esta situación el corazón haló y se
desprendió de alguna de las estructuras que lo soportan como ya dijimos. Al
mismo tiempo el cerebro y la columna vertebral fueron estremecidos y el sistema
nervioso colapsó. Diana cayó inmediatamente en coma posiblemente solo sentiría,
momentáneamente una gran presión de su pecho y no podía respirar.
«El equipo de patólogos que llevó a cabo la autopsia
en Inglaterra, realizó una incisión en forma de Y, desde el esternón al pubis,
que permitió extraerle sus vísceras y preservarlas para examinarlas. Se tomó
sangre de su corazón, orina de su vejiga, bilis de su vesícula y humor vítreo
de sus ojos para análisis de toxicología.
«A pesar de rumores que corrían en París, de que la
Princesa Diana estaba embarazada, su útero estaba vacío. Al cadáver se le
realizó una incisión de oreja a oreja y su cuero cabelludo fue desprendido
hacia atrás para exponer los huesos de su cráneo que fueron entonces abiertos.
Los patólogos ingleses encontraron áreas equimóticas y sangre coleccionada
dentro de los tejidos, producto de la violenta conmoción del cerebro, dentro de
cráneo. Este fue entonces extraído y preservado. Todos los hallazgos nos
indican que en el caso remoto de haber sobrevivido, Diana se hubiera convertido
en un vegetal. La encantadora princesa que todos adoraban se había perdido para
siempre, aquella noche en París.»