El
problema del vertedero de Duquesa es ciertamente una excusa razonable, pero no
es la causa principal del cada vez más precario servicio de aseo urbano en el
Distrito Nacional.
En el
caso de la capital, el problema de la basura es esencialmente técnico y
gerencial, agravado por un manejo ostensiblemente irregular de los recursos
destinados por la administración municipal de Roberto Salcedo a ese servicio.
Debería
llamar la atención que en los últimos diez años el costo de gestión de la basura en el
Distrito Nacional se ha elevado
aproximadamente en un 400 por ciento, pasando de 26 millones de pesos
mensuales en el 2003 a más de 100 millones en el 2013.
Durante la gestión del señor Salcedo, en el Distrito Nacional no solo se
ha elevado exageradamente el costo operativo de la basura, sino también, y de
manera más alarmante, la cantidad de
desechos producidos por cada habitante, según datos citados por el regidor y
abogado Waldys Taveras.
De acuerdo a esos datos en el
Distrito Nacional se recogen 2.2 kilos
de basura por día por habitante, mientras en la provincia de Santo Domingo se
retira 0.70 kilos y en ciudades como Sao Paulo, Brasil, el per cápita promedio
es de 1.99 kilos.
Este aumento desmedido en el gasto de la basura ocurre sin que se haya
incorporado ninguna nueva tecnología o
sistema destinado a modernizar el servicio. Todo lo contrari durante
la gestión del señor Salcedo se descontinuaron
varias iniciativas introducidas por la administración del alcalde Johnny
Ventura para hacer más eficiente el sistema de recogida de basura, como el
programa de rutas y frecuencias y los contenedores cerrados para controlar los
vertederos improvisados a cierto abierto que ahora abundan en toda la capital.
Fue precisamente el Distrito
Nacional la primera demarcación del país donde se puso en práctica el programa de rutas y frecuencias, mediante
el cual se estableció en coordinación con las comunidades, un horario para el
recorrido de los camiones recolectores, de modo tal que los residentes y
comerciantes sacaran sus desechos solo durante los días en que se recogía la
basura.
En cuanto a los contenedores cerrados, el Distrito también fue pionero de esta tecnología, que
tuvo dificultades por razones puramente financieras, pero que funcionaron con
incuestionable eficiencia para controlar la basura en puntos críticos de la
capital.
Esta tecnología aplicada en muchas ciudades del mundo ha sido adoptada
por varios ayuntamientos del país, incluyendo los de Santiago, Puerto Plata y
Nagua, y más recientemente el municipio Santo Domingo Este.
Por
otra parte es un hecho sabido que la Cámara de Cuentas comprobó graves
irregularidades en la contratación de las empresas y el pago por el servicio de recolección y
disposición final de la basura en el Distrito Nacional, según los resultados de
una auditoria realizada, a solicitud de los regidores Waldys Taveras y Consuelo
Despradel, cuyos resultados fueron publicados fugazmente en la página webb del
órgano fiscalizador.
El
informe de auditoría solo permaneció
dos días en la página web de la Cámara de Cuentas y fue excluido sin ninguna
explicación. El organismo no se ha referido públicamente a este caso.
Los
auditores Cristian Díaz Pérez y Luis Paulino Sánchez comprobaron que durante el
año 2011 fueron reportadas como recogidas
45,268 toneladas de basura que no ingresaron al relleno sanitario de
duquesa y se realizaron pagos no justificados por 75.2 millones de pesos, pero
evidentemente las autoridades de la Cámara de Cuentas optaron por proteger al señor Roberto Salcedo,
el único alcalde del país exonerado de la responsabilidad de rendir cuentas del
manejo de los fondos públicos, tal como lo ordena la Ley 176-07, sobre el
Distrito Nacional y los Municipios, y la propia ley de la Cámara de
Cuentas. (1 de enero 2014)