<span style="font-size: 12px;">SANTO DOMINGO, 7 de enero 2014.-El diálogo que el martes en
Juana Méndez iniciarán República Dominicana y Haití corre el riesgo de terminar
como los anteriores, sin conclusiones positivas, pues que se recuerde a ambos
países siempre se le ha hecho difícil entenderse aun en los temas más sencillos
de convivencia en la isla La Española.</span>
En contextos menos hostiles, y en el marco de la Comisión
Bilateral, las delegaciones de ambas naciones nunca lograron avanzar hacia un
propósito común pues en la mesa, cada parte acude con su punto de agenda sin
ceder en sus objetivos particulares.
En la comisión bilateral, cuando República Dominicana ha
planteado negociar el tema del comercio fronterizo, como prioritario, Haití ha
sostenido que el primero a discutir debe ser en de los inmigrantes de su país
que trabajan en territorio dominicano, aunque para esta ocasión los se agregan seguridad fronteriza y regularización de los
mercados binacionales.
Ese pulso se ha mantenido por décadas –desde el 1938 ha
dicho el jurista Juan Miguel Castillo Pantaleón a Diario Libre- y no ha
permitido avanzar en la mesa del diálogo, pese a que el ambiente de crispación
entre ambas partes no tenía el tono elevado que en la esfera diplomática se
mantiene en uno y otro lado de la isla.
Esta se producirá un diálogo atípico, pues se sale del
modelo de la Comisión Bilateral, que es sustituida por comisiones especiales
encargadas de encarar una coyuntura crítica cuyo origen surge con la emisión
por parte del Tribunal Constitucional de República Dominicana de la sentencia
168-13 que dejan sin nacionalidad a hijos de extranjeros ilegales.
El referido dictamen afecta en mayor número a dominicanos
hijos de inmigrantes haitianos que nacieron desde el 1929 a la fecha, una decisión
que ha creado alarma en el mundo por considerar que no se ajusta al derecho
internacional y convenios firmados por República Dominicana.
Frente a este hecho, Haití ha asumido una actitud activa en
contra de que se aplique la referida sentencia, encontrando un terreno fértil
en la diplomacia mundial alarmada por tal disposición legal tachada incluso de
nacista, pues recuerda disposiciones iguales por parte del régimen de Adolfo
Hitler contra los judíos en Alemania.
La disposición del Tribunal Constitucional ha devenido en un
engendro generador de un ambiente adverso en el contexto internacional para
República Dominicana, cuyo Gobierno ha debido de invertir recursos, económicos
y humanos, para disminuir la repulsa mundial, y aceptar una vigilancia de organismos
internacionales como la ONU, el Caricom y de un país como Venezuela en la
aplicación de la misma.
En ese contexto es que se producirá la reunión de
comisionados de República Dominicana y Haití en Juana Méndez, en la que se agotarán temas
migratorios, comerciales, medio ambientales, de recursos naturales,
seguridad y desastres naturales.
Sin embargo, y por experiencias anteriores, lo probable y
casi seguro es que la delegación haitiana enfocará de entrada su interés en
plantear que se busque un mecanismo de revocar la sentencia 168-13, que es el
móvil de la crisis que mueve la reunión, planteamiento que es casi seguro habrá
de rechazar la parte dominicana.
La delegación dominicana acude a escenario y contexto
desfavorables. Primero, la reunión se realizará del lado haitiano, en Juana
Méndez, próximo a Dajabón; segundo encontrarán a una delegación haitiana
envalentonada por el rechazo internacional de la referida sentencia y tercero,
porque los mediadores, Venezuela y el Caricom, se han manifestado abiertamente
en contra del dictamen, llegan a pedir, incluso sanciones contra República
Dominicana, como lo ha sugerido el Caricom.
La presencia Venezolana está clara desde que el presidente
de esa nación, Nicolás Maduro, se refiriera al tema y se inclinará hacia Haití,
lo que indica que la neutralidad es dudosa. En cuanto a las Naciones Unidas, ha
sido enfática en cuestionar la sentencia.
De hecho hay dos enfoques contradictorios sobre la agenda.
Voceros de la delegación dominicana han dicho que en la reunión de este martes
no será negociada la sentencia 168-13, sin embargo, la parte haitiana ha dicho
que la pieza emitida por el Constitucional habrá de ser uno de los asuntos a
tratar a partir de hoy.
La buena lógica de los analistas los induce a considerar que
si el origen de la crisis diplomática que enfrenta a República Dominicana y Haití
tuvo origen en la referida decisión judicial dominicana, hay que suponer que
este será uno delos puntos a discutir en la reunión.
Pero para disipar preocupaciones, el consultor jurídico del
Poder Ejecutivo, Cesa Pina Toribio, ha dicho que en la reunión de hoy no hay
nada perdido y deja entrever que no
entrará en discusión la sentencia cuando afirma que República Dominicana
actúa amparada en un deber institucional, y está procurando los mejores
resultados para ambos países.