Resulta
difícil, por no decir casi imposible, emprender una empresa en la cual se
pretenda, con argumentos técnicos, desnudar
las argucias de un mercader de la política, que valiéndose de la
debilidad y fragilidad institucional del país, ha podido diezmar y postrar ante los pies del “amo y señor” todo
un partido, que por más de siete décadas ha contendido en las lides de la
política y la sociedad dominicana.
Así las
cosas, mientras una estrategia de contención surte sus efectos devastadores
sobre el accionar, la estructura y la militancia del principal
Partido opositor, dirigentes de una de las facciones del PRD, intentan
demostrar la subordinación del actual Presidente del Partido blanco a los
mandatos del Presidente del Partido oficialista.
Si temor a
equivocarnos, se puede afirmar que, si algo aprendió del balaguerismo el
verdadero mentor (el autor intelectual) de la desarticulación del PRD es que, en las sociedades donde la
institucionalidad brilla por su ausencia, la verdad no es axiomática y la razón
es exclusiva de quien ejerce el poder. Por eso, el MPV, a sabiendas de que mientras
los hilos del poder estén en manos de su socio protector, cualquier argumento
que sostenga ante la opinión pública, en contraposición a las pruebas presentadas
asociando su sumisión a los dictámenes
del presidente del Partido morado, deben ser considerados como buenos y
válidos y sobre todo suficientes a los fines de lugar.
Pero la
verdad es que, resulta hasta aberrante desde el punto de vista de la práctica
bancaria haber otorgado un préstamo en tales condiciones a una empresa,
propiedad de un empresario dedicado a la política, y sobre todo Presidente del
Partido opositor mayoritario, inmerso en la vorágine de una contienda
electoral.
El asunto no es
que el Banco de Reservas tiene un 21% de los préstamos y que el 41% de su
cartera prestada al sector construcción están clasificadas en “D” y que el nuevo préstamo sería uno más.
Es que bajo ningún concepto un préstamo del tal envergadura, de 15 millones de
dólares o 585 millones de pesos, nunca debió haber sido aprobado, dada la magra
clasificación otorgada a la solicitud de un préstamo que, de inicio afectaría
la calidad de los activos e incrementaría los niveles de provisiones del propio
Banco de Reservas, afectando sus utilidades.
En efecto, la
clasificación “D” fue otorgada por los analistas en el Informe Técnico a la
solicitud del préstamo para capital de trabajo para el desarrollo de proyectos
a la empresa General de Galerías Comerciales Mundo Mall, S. A., dada las debilidades presentadas en los tres
elementos fundamentales en que se sustenta la clasificación de un préstamo, a
saber: por una capacidad de pago deficitaria en los primeros años proyectados
de operación; por una garantía hipotecaria evaluada con salvedades; y por un
historial de pago del Presidente de la Empresa, con otras instituciones
financieras, deficiente. Esto sin contar que “el cliente”, aun sin tener negocios
con el Banco de Reservas, fue consentido por el Consejo de Directores para que de
golpe y porrazo fuera beneficiado con un préstamo, que si bien pudo haberse
estado tramitando como muchos meses de antelación a su aprobación, bien pudo
“el cliente”, haber iniciado transacciones financieras de importancia con su
nuevo Banco, por ejemplo aperturando cuentas corrientes y depósitos de sus
otros negocios.
Porque, la
realidad es que, el mismo Informe Técnico presenta serias debilidades, aunque se
advierte la falta de los planes de negocios, al dar como bueno y valido los
Estados Financieros y Flujo de Efectivo
proyectados. Pues, surgen las siguientes interrogantes: Qué estudio de mercado
avala la demanda de locales comerciales de los proyectos en ejecución; no se
sabe si la Empresa presentó carta de intensión de posibles arrendatarios o
compradores de locales comerciales de alguno de los dos proyectos mencionados;
en qué se sustentan los precios de alquiler o venta de metros cuadrados de los proyectos en ejecución; en qué se
sustentan los montos de gastos operativos de la Empresa; no se sabe de la
factibilidad económica financiera de los proyectos en ejecución por parte de la
Empresa; parece que nada importó a los analistas sobre la rentabilidad de los
proyectos; no está debidamente documentada la condición económica y financiera
de los accionistas de la Empresa, que debe acompañar todo análisis de crédito. Esto
así, pues hasta la condición política, social y económica de los accionistas se
debe tomar en cuenta al momento de otorgar un préstamo corporativo o
empresarial, dado los múltiples riesgos que están involucrados en el
otorgamiento de un préstamo a nivel de la Banca comercial.
En suma, como
se diría en un lenguaje coloquial: el papel lo aguanta todo, por lo que los
números fríos, presentados en las proyecciones, debieron generar aun más
cuestionamientos por parte del equipo técnico que analizó el préstamo y más aun,
debió ser rechazado por el Consejo de Directores, a sabiendas de a quién y por
qué se le estaba aprobando el susodicho préstamo, por aquello de que también la
Banca privada, reclamaría su derecho a otorgar préstamos a clientes
clasificados deficitariamente, en detrimento de la salud del sistema bancario y
financiero del país.
Bernardo
Hirán Sánchez Melo
El autor es
economista