<b>Las sofisticadas tecnologías usadas para la exploración especial
abren caminos a nuevos hallazgos y revelaciones de la complejidad cósmica. Poco
a poco el hombre va conociendo todo el entorno que rodea el sistema solar y más
allá. </b>
El más reciente hallazgo es el vapor de agua en un planeta enano
del sistema solar llamado Ceres, con lo que se confirma la presencia de agua en
este asteroide, ubicado entre Marte y Júpiter.
El trabajo, de acuerdo a lo expuesto en la reviste Nature, podría
confirmar la hipótesis de que el agua de nuestros mares y océanos de la
tierra fue traída por los asteroides.
Hacia allí apunta Rosette, la onda espacial lanzada por la
Agencia Espacial Europea, despertada el martes pasado luego de años de inervación,
y que descenderá en un cometa, lo que ocurrirá por primera vez en la historia,
para confirmar desde allí si estos trajeron no solo el agua a la tierra, sino la
vida misma.
Ceres es un fenómeno familiar
a la vista del hombre. Fue divisado en el 1801 por Giuseppe Piazzi. En principio
fue considerado como un cometa, luego como un planeta y un asteroide, “hasta
que finalmente se le catalogó como planeta enano en 2006”.
Esta vez un sofisticado aparato ha permitido la detección, ubicado en el
observatorio especial de Herschel de la Agencia Espacial Europea, en
colaboración con la Agencia Especial de Estados Unidos NASA. El vapor del agua
se captó en octubre del 2012 y en marzo del 2013.
La abundancia de agua es una de sus características, de acuerdo a lo que se ha
podido determinar observando el Sistema Solar en su frontera -llamada en inglés
“snowline”- que divide al mismo entre objetos secos y cuerpos helados, que
están, estos últimos, más allá del Sol.
De ahí que surge la teoría que predice que los cuerpos helados,
como los cometas migraron hacia el interior del “snowline” y de ahí muchos
pudieron haber trasladados el agua a la tierra.