<b>La sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional que despoja a dominicanos de origen haitiano de su nacionalidad ha hecho incómoda la gestión del presidente Danilo Medina en los foros internacionales. </b>
Una prueba es La Habana, donde acude el mandatario de República Dominicana, y a quien la pregunta más frecuente al gobernante es el relacionado con la aplicación del dictamen. Medina no solo ha debido escuchar preguntas de periodistas, sino oír preocupaciones directas e indirectas de mandatarios latinoamericanos reunidos en esa capital.
Un ejemplo es lo ocurrido en la mañana de este miércoles, cuando el presidente Medina compareció ante los medios de prensa que cubren la Cumbre de la Celac, en el hotel Meliá Cohiba.
Una nota del Palacio Nacional sobre la actividad de la mañana ante los periodista indica que de buen ánimo y en actitud abierta, el Gobernante dominicano respondió preguntas sobre el tema haitiano, la paz en América Latina, el conflicto Chlile-Perú y en torno a la CELAC.
En relación al tema relacionado con la sentencia 168-13, Medina afirmó que República Dominicana no viola los derechos humanos de nadie y que el concepto de apátrida no se aplica en el caso de las personas afectadas por la sentencia 168-13 y lo que se busca es darle el estatus legal que no tienen.
De forma enfática, el presidente dominicano aseguró que él no permitiría la violación de los derechos de ninguna persona y que sobre la sentencia 168-13 lo que ha habido es desinformación, pero que ayer, en su intervención durante el retiro con los Jefes de Estado y de Gobierno, él explicó en detalle todos los aspectos relativos al tema y ellos comprendieron.
Afirmó que República Dominicana es el país más solidario con Haití, pues en nuestro territorio hay casi un millón de nacionales haitianos sin ningún tipo de documento, disfrutando de servicios de educación y salud sin pagar por ellos, lo que cuesta al Estado dominicano más de cinco mil millones de pesos.
En torno a la paz en América Latina, Danilo Medina expresó su respaldo a la propuesta de declarar la región como zona de paz y de utilizar el diálogo para resolver los diferendos.