Al 31 de octubre de 2013 la Deuda Pública
Consolidada (DPC) ascendió a US$27,581.90 millones de dólares, cifra
equivalente al 45.6% del Producto Interno Bruto (PIB), según técnicos del Banco
Central, señores Harold A. Vásquez-Ruiz y Rafael Rivas.
El análisis proyectó en
US$27,870.60 millones la DPC al 31 de diciembre de 2013, representando el 46.3%
del PIB. Ese total está compuesto por US$15,725.10 millones deuda externa y
US$12,145.50 millones deuda Interna. (Ref./"Sostenibilidad Fiscal y
Endeudamiento Público". Listín Diario. 31/12/2013).
Nuestras apreciaciones dentro esas
cifras nos dicen que hubo un endeudamiento anual promedio de US$2,725.10
millones entre 2010 y 2013. Esto corrobora lo que afirman los
técnicos del Banco Central que identifican esos años como los de mayor
déficit fiscal y de mayor aumento de stock de la deuda en República Dominicana.
Puede decirse que entre 2010 y 2013 los altos montos de déficit fiscal y deuda
pública anduvieron distintos caminos, independiente de la dirección que
hoy se les quiera dar o lo que se quiera plantear o proyectar como consecuencia
de eso, algo que resulta irrelevante para los fines de este artículo.
En el vaivén de déficit y deuda, la ballena de
la inflación permanece con la boca abierta permitiendo la entrada
de altos porcentajes de endeudamiento público que golpean
inmisericordemente el PIB junto con las variaciones de
precios del petróleo y la tasa de cambio (ROE y/o Rate of Exchange), entre
otras variables. Se trata de "ballenas inflacionarias" que cada
año emigran a República Dominicana para engendrar el alto costo de la vida que
sirve de caldo de cultivo a los sindicatos (incluyendo los del
Estado) para aumentar el salario, visto como variable colateral de
inflación cuando cede ante presiones.
El endeudamiento externo recae sobre los hombros
del Congreso Nacional representado por los miembros de partidos políticos
reconocidos por la Junta Central Electoral (JCE). Es un tipo de
endeudamiento que hay que pagar, pintado con los colores de los partidos
políticos que han ocupado el poder a partir de 1961; de lo contrario
recordemos lo que sucedió en 1916 cuando República Dominicana fue
ocupada por los norteamericanos, por "mala paga", razón por la cual
perdimos nuestra soberanía entre 1916 y 1922…por culpa de nosotros mismos.
La secuela de esa ocupación encubó lo que entre
1930 y 1961 se conoce como Era de Trujillo, que contrario a nuestros
días mantuvo el país "libre de todo tipo de deudas y mínima inflación".
Para abordar este tema basta aplicar el "Común
Denominador" como herramienta de investigación para la interpretación
sectorial de la historia (Ref./Google: "Historia, azar o cisne
negro", "Patrimonio Nacional", "Empresarios de la
política", "Empresarios públicos y privados", "Historia
Dominicana", "La quinta pata del gato", "Atentados
soberanos", "Estado nación o subido en el palo"). El Común
Denominador, al igual que el Pragmatismo como categoría de investigación para
la interpretación de acontecimientos históricos que pudieran revelar
contradicciones, contribuyen con la ejecución de un nuevo proyecto de
interpretación económica de nuestra historia: la Historia Económica Dominicana.
Quién se anima?
La Deuda Pública Interna (DPI), como la
lámpara de Aladino, es una especie de fábula compuesta por US$12.145
millones, que al igual que los US$15,725 millones de Deuda Pública Externa
(DPE) golpea la productividad y competitividad que el
país debiera reflejar en su Patrimonio Productivo Nacional
(PPN), una derivada del Patrimonio Nacional (PN). Por lo tanto, se puede
comparar la deuda pública de US$27,870 millones con el
desmoronamiento del Patrimonio Empresarial de la Era de Trujillo de costo muy
inferior, donde la primera convierte al pueblo dominicano en "el hombre
con el bacalao a cuesta".
Precisamente, la deuda pública consolidada es un Común Denominador a tomar en
cuenta en un proyecto de Historia Económica Dominicana.
Cuál sería el genio que explicaría a
Trujillo la relación entre los índices del ROE/DEUDA
PUBLICA/INFLACION/PIB para impulsar un desarrollo económico nacionalista y
patriótico? Para evitar emociones basta aplicar el Común Denominador
para analizar esos indicadores entre 1930 y 2013. La respuesta
vendrá. El cálculo comienza con el Patrimonio Productivo Nacional
(PPN). En la próxima entrega introduciremos
el "Patrimonio Productivo Estatal" (PPE) para completar el
esquema de cálculo de productividad en la República Dominicana. Tanto
el PPN y el PPE son “términos de referencia” que conjuntamente con categorías y
herramientas de investigación dan sentido a la historia, en este caso
procurando su acercamiento e identidad con la economía.
La Deuda
Pública Interna (DPI) entre organismos e instituciones del Estado, al igual que
la Deuda Pública Externa (DPE), forman parte del #5 del Patrimonio
Productivo Nacional (PPN) que se refiere al gasto relacionado o no
con la productividad, en este caso la productividad del Estado reflejada en el
Patrimonio Productivo Estatal (PPE), como veremos en el próximo
artículo. Pero la DPI también deviene en Deuda Pública Interna
Inducida (DPII), para no llamarla por otro nombre.
Un ejemplo de DPII es la Ley 176-07
sobre organización municipal, donde solo un 5% de 386 ayuntamientos y juntas distritales
elaboran estados financieros y ejecución presupuestaria. De igual manera la ley
electoral 175-97 que en los últimos 16 años ha entregado a los partidos
políticos la friolera de RD$8,260 millones, para solo mencionar dos casos de
DPII. En el próximo artículo esbozaré el cálculo de la productividad (fuerte,
débil o ninguna), tanto del Patrimonio Productivo Nacional como del Patrimonio
Productivo Estatal.
Hasta tal punto hemos llegado, que al igual que
la inmigración ilegal, la deuda pública consolidada y sus
secuelas son un problema que atenta contra nuestra soberanía (si
no lo habíamos percibido), en este caso también por culpa de nosotros
mismos, como sucedió en 1916. Bastaría preguntarle al Fondo Monetario
Internacional (FMI). La soberanía es la "damisela encantadora"
que hay que enamorar cada día para no desilusionar el corazón del
pueblo dominicano. Cabe la pregunta de quién o quienes desilusionan el
alma nacional. Refiero al lector "Estado nación o subido en el palo"
(Google), para no abrir la caja de pandoras. Aun así, entiendo que un compendio
de Historia Económica Dominicana revelaría el lado práctico de la historia en
bien de la sociedad como aporte del pensamiento progresista a los nuevos
tiempos.
A título de ejemplo folclórico, un paraje de la
Historia Económica Dominicana podría revelar un Congreso dentro
de cualquier período de gobierno que arrase con los "Premios
Grammy de Deuda Pública Externa"; o "Premios Grammy de Deuda Externa
e Interna" para cualquier gobierno y/o parcela política en
particular, sin que necesariamente los ingresos y gastos tengan
nada que ver con la productividad que conduce al bienestar
nacional. Un bienestar que resulta del cálculo del PPN y PPE para
generar empleos, disminuir la pobreza extrema y reducir la inflación a sus
mínimos niveles. Sin embargo, la importancia y alcance de la Historia Económica
Dominicana no se circunscribe a premios folclóricos sino a la aplicación del
pensamiento analítico, la metodología de la investigación, las categorías y
herramientas de investigación junto con los
“términos de referencia”; en otras palabras la investigación científica
que procura resultados concretos para la toma de decisiones.
A
falta de esta historia se puede hablar "hasta por los codos" para
disfrazar la realidad socio-económica de la República Dominicana. Con
esta historia las futuras generaciones estarían conscientes de una
mejor defensa de los intereses de la Nación, algo que hoy día resulta
confuso y difícil, donde el tipo de enseñanza universitaria tiene una alta
cuota de responsabilidad, dejando al libre albeldrío los "intermedios
luminosos" que pregonan los "Empresarios de la política" para
resaltar sus ejecutorias, lo que es contradictorio pues ellos no representan el
100% del sentir soberano (Ref./"Indecisión soberana", "Atentados
soberanos").
LuisEDazFranjul