La democracia y la libertad no pasan de ser
piedras filosofales, una quimera, un sueño, una ilusión, para millones de
personas en el mundo. Para los que viven en los países del tercer mundo, democracia
y libertad no es más que letras impresas en un libro.
El gobierno participativo es una ilusión fugaz de libres pensadores.
Detrás de esa democracia se encuentra el poder del más fuerte. Todo depende del
sistema que impregne las coyunturas sociales.
De hecho, más que democracia, hay gobierno de las
mayorías, o de las minorías que tienen en sus manos el poder armado, y son las
que gobiernan.
Desde la antigüedad el poder nace, se mantiene y
muere por la boca de los fusiles, o de la espada. Poco importa si hay un déspota
ilustrado en el gobierno, a sus espaldas se encuentra el sable y el fúsil.
La democracia ha sido terreno de siembra, cultivo
y beneficios de un segmento de clase, de un puñado de personas, mientras que la
gran mayoría la ve como un faro a la distanica, por lo cual hay que seguir
luchando hasta alcanzarlo.
La democracia no pasa de ser un grito en falsete
mientras haya hambreados; mientras la miseria carcoma las fibras vitales de un
ser humano; mientras la educación no llegue a todos, y una poblalción de
neo-natos no sepa leer ni escribir.
La democracia la impone un grupo que tiene poder,
y la anhelan los que quieren salir, en forma colectiva, de sus desgracias. La
individualidad triunfa, el solitario de la multitud llega a la meta, él se hace
millonario, pero ellos, son carne de presidio, de cementerios sin cruces, o punta de lanza de los cambios sociales
sangrientos.
No se dio la democrcia con la guerra civil
nortemericana y la rúbrica de la emancipación de los negros, porque todavía en
la década de los sesenta del siglo pasado, se luchaba por la integración
racial, y Martin Luther King conoció el plomo asesino para silenciar su
prédica.
La libertad en cambio es una papeleta de libre
intercambio, los dictadores le ponen precio. Venden tranquilidad, comida, paz,
a cambio del silencio, del cierre de la
cremallera, de la genuflexión, de quitarse la cabeza para no pensar.
El hombre vive de sus ilusiones, lucha por los
cambios que necesita, y sus dos sueños más profundos son un dia vivir en democracia,
con pleno disfrute de la libertad. Fuegos de San Thelmo.