Día doce: Hoy se cumplen dos semanas y dos días sin que los estudiantes de las Escuelas Públicas en la provincia de Azua asistan a clases. Algunos medios citan los siguiente: “La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en esta ciudad, mantiene paralizada la docencia en más de 60 escuelas, en protesta por la falta del pago a 28 maestros por parte del Ministerio de Educación” (Publicación Diario Digital Dominicanos Hoy, fecha Jueves 6 de Febrero 2014)
Hice mis estudios básicos y medios en un Colegio Privado. Recuerdo que era inadmisible la inasistencia, porque lo prohibía la Institución Educativa y porque me lo prohibía a mí misma. Estaba consciente que aunque no soy muy amante de ser estudiante, tampoco quería ser una ignorante en el futuro. En ese entonces el futuro más cercano eran los exámenes y no quería quemarme. Siguiendo con la honestidad les cuento que soy alumna; me explico, no tengo ni tenía la iniciativa de “estudiar antes”; sino, atender al maestro y aprender lo que explicaba en el momento.
Como yo, seguro hay miles de alumnos incluyendo jóvenes de la Provincia de Azua, que asisten a Escuelas Públicas, quienes el día de ayer empezaron la tercera semana sin asistir a clases. Tal vez alguno me odie por ésta carta, pero en un futuro cercano o lejano van a entenderlo.
Es inaceptable que se haya empezado unas vacaciones veraniegas a destiempo. Estamos en pleno invierno –aunque el calor diga lo contrario-. Perder tanto tiempo de clases no se justifica. Ni el estudiantado amaneciendo en las Escuelas a su retorno podrá enmendarlo. Agregar horas no significa que los hará más inteligentes; al contrario, puede causarles saturación de información que quedará en la memoria a corto plazo.
Busquemos culpables:
Maestros: Elegir ser maestro en la vida debe ser por decisión, no por elección. Un maestro es un mentor, es un padre que tiene hijos adoptados por más de 8 horas al día, y prácticamente pasas otras 6 con él, en actividades extraescolares o haciendo tareas cuando finalmente llegas a tu casa. Deben tener en cuenta que trabajar en éste país para el Sector Público tiene sus consecuencias. Aunque su servicio no debe ser gratuito -porque son profesionales, no misioneros- deben poner en balanza la importancia de educar y no abandonar a quienes son el futuro, a quienes deben guiar.
Padres: Deben apoyar a los maestros en su lucha. Asimismo, en días grises como estos incentivar a que sus herederos usen las neuronas y sean estudiantes, ponerlos a estudiar y sentarse con ellos. Hacer cartas tanto para el Ministerio de Educación como a los educadores para recordarles que se les tiene presente pero que los niños y adolescentes no aprenden solos.
Estudiantes: Unirse a los maestros, no con huelgas ni con piedras –especialmente viniendo de Azua-, sino con Comunicados dirigidos al Ministerio de Educación y planteando estrategias para formarse aunque no haya clases.
Ministerio de Educación: ¡Pagar! Si vamos hasta las oficinas de los responsables, apuesto que la nómina se cumple religiosamente. Y por qué no pagarle a quienes día a día se levantan para enseñar, por elección o decisión, como sea! Como humanos tienen necesidades, y una de ellas es comer. Para comer deben trabajar. Estudiaron para obtener una profesión y cumplir con esa ocupación. Se trabaja por remuneración. Y esa remuneración ustedes no la están dando. ¿Cómo pretenden que éste país avance, si quienes deben educar a las mentes del futuro que no cuentan con los recursos para educación privada están rezagados? ¿O pretenden que sigan creciendo ignorantes para hacer de éste país lo que les da la gana? Por último, ¿dónde está destinado el 4% para la educación?
¡Creo que he encontrado a los culpables!