<b>El informe también revela que el número de pobres se ha duplicado en las ciudades, aumentando de 1,2 a 2,4 millones desde 2000. Esta "urbanización” de la pobreza no se debe a la falta de migración rural hacia las grandes ciudades, sino más bien a las limitadas oportunidades económicas y el lento crecimiento de los empleos en las zonas urbanas.</b>
SANTO DOMINGO, 20 de febrero de 2014–Un nuevo informe del Banco Mundial dado a conocer hoy,
sugiere importantes reformas institucionales en la República Dominicana como un
camino a seguir para acelerar la reducción de la pobreza y la prosperidad compartida
en el país.
Si bien el país tuvo una de las más rápidas tasas de crecimiento en la región
de América Latina y el Caribe (ALC), más de cinco porciento al año del 2000 al 2011, muchos de los 10 millones de
dominicanos no pudieron aprovechar los beneficios del desarrollo económico,
dice el informe.
El informe "Cuando la prosperidad no es compartida", pone de relieve
que el PIB per cápita aumentó 50 por ciento comparado con 26 por ciento de
aumento en ALC en la última década. Sin embargo, sólo dos por ciento de los
dominicanos salieron de la pobreza en comparación con el 40 por ciento de los
latinoamericanos pobres, cerca de 80 millones, que se unieron a la clase media
durante el mismo período.
"Si bien la pobreza se ha
reducido desde la crisis bancaria de 2003-2004, cuatro de cada diez dominicanos
son todavía pobres y la clase media no ha crecido de manera significativa en
una década", dijo LouiseCord, gerente de sector del Banco
Mundial del Grupo de Reducción de Pobreza y Género para la región de América
Latina y el Caribe. "El informe
tiene por objeto promover un debate sobre los temas de equidad e identifica las
áreas prioritarias de acción que pueden generar oportunidades para todos los
dominicanos".
Con la crisis financiera, la pobreza había aumentado al 50 por ciento de la
población de la República Dominicanaquienesviven
con cerca de cuatrodólares al día. Aunque la pobreza se ha reducido a 10 por ciento desde el año 2005, la
capacidad de las familias pobres dominicanas de mejorar su situación económica y social a través del
tiempo sigue siendo limitada en comparación con el resto de la región.
El informe también revela que el número de pobres se ha duplicado en las
ciudades, aumentando de 1,2 a 2,4 millones desde 2000. Esta "urbanización”
de la pobreza no se debe a la falta de migración rural hacia las grandes
ciudades, sino más bien a las limitadas oportunidades económicas y el lento
crecimiento de los empleos en las zonas urbanas.
El acceso a la salud educación y
vivienda ha mejorado significativamente en la última década. Aunque sólo el 19
por ciento de los dominicanos carecen de estos servicios básicos, la calidad de
los servicios no es lo suficientemente fuerte para proporcionar igualdad de
oportunidades para todos los dominicanos.
A pesar de algunos avances en el acceso a la educación, la cobertura sigue
siendo limitada. Más del 40 por ciento de los estudiantes de tercer grado
carecen de habilidades básicas en matemáticas y los estudiantes de la República
Dominicana muestran uno de los rendimientos académicos más bajos de la región.
Si bien ha habido aumento sustancial de la matrícula escolar, el ausentismo
docente, la doble tanda, y el alto número de alumnos por profesor están
afectando la educación de los niños, y de los estudiantes pobres en particular.
El informe sugiere tres estrategias para generar un ciclo positivo de
prosperidad compartida y para cerrar las brechas con el resto de la región:
·Mejorar el clima de inversión para impulsar el espíritu
empresarial y la creación de empleo, al tiempo de fortalecer el acceso de los
pobres a los mercados laborales:
Crecientes sectores como el turismo, la industria manufacturera, las telecomunicaciones
y los servicios financieros no han generado tantos puestos de trabajo según lo
previsto inicialmente. En lugar de eso la mayor parte de empleos creados han
sido poco cualificados y en el sector informal. Los salarios reales se
redujeron en un 27 por ciento en los últimos diez años, aun cuando la
productividad del trabajo aumentó. La mejora de la política de competencia y
del clima de inversión podría generar más y mejores empleos.
·Promover una política fiscal equitativa, eficiente y
sostenible: El actual sistema tributario se ve
obstaculizado por la baja recaudación de ingresos, y depende en gran medida de
los impuestos indirectos. Un sistema tributario más progresivo permitiría una
mayor redistribución, así como mayores inversiones en servicios públicos
esenciales como agua y saneamiento,
educación de calidad y salud para los más vulnerables.
·Mejorar la prestación del servicio público para llegar a
los pobres: A pesar de las mejoras significativas en
la prestación de servicios, el acceso a los servicios públicos básicos sigue
siendo desigual y de baja calidad, en particular para los pobres. Una mejor
programación de la focalización, monitoreo y evaluación, junto con incentivos
tales como presupuesto basado en desempeño, podrían ayudar a mejorar la
prestación de servicios.
El informe concluye que un
amplio consenso en la sociedad dominicana es cada vez mayor, lo cual permite
que se avance en el conjunto adecuado de reformas, de manera que el país pueda
tomar la ruta hacia un crecimiento más inclusivo y promover oportunidades para
todos los dominicanos.