“Tomando
nuestro territorio” fue hace tres años una campaña de evangelización que inicio
en Costa Rica y no parte de un plan de los haitianos de tomar el territorio de
República Dominicana como han estado promoviendo sectores de la ultraderecha
del país.
Una
declaraciones ofrecidas al diario <span style="font-size:9.5pt;line-height:115%;
font-family:"Arial","sans-serif";mso-fareast-font-family:Calibri;mso-fareast-theme-font:
minor-latin;color:#141414;mso-ansi-language:ES-DO;mso-fareast-language:EN-US;
mso-bidi-language:AR-SA"><a href="http://www.hoy.com.do">www.hoy.com.do</a></span> desentraña el origen del TNT, al que se han referido funcionarios del gobierno
y otros sectores que activan en el antihaitianismo, incluso el doctor Marino
Vinico Castillo que el jueves llegó a decir que era parte del plan de las
potencias y el narcotráfico internacional.
Ayer mismo, el ministro de Defensa, sin embargo,
restó importancia a la campaña, indicando que no representa ningún peligro para
el país, lo que supone que conoce del origen de la misma y que no se trata de
una campaña de los haitianos.
Sin
embargo, e reverendo Jhorman Rivera, del Templo La Trinidad, explicó que se
trata de una campaña evangelítica que comenzó en el 2011 bajo nombre “Tomando
nuestro territorio” (TNT) con 50 miembros jóvenes de la iglesia cuyo fin fue
llevar la palabra del Señor a diversos sectores del país.
El reverendo dijo que por tanto la población no debe creer en el
rumor de que TNT es una agrupación de haitianos que quiere “recobrar” tierra
dominicana.
A su
entender por el conflicto migratorio entre República Dominicana y Haití se ha
sobredimensionado la actividad “que hace dos semanas habrían realizado
evangélicos de tez morena, supuestamente haitianos, en puntos del país”.
Explicó que a las actividades de alcance evangelístico y
proselitismo cristiano que hacen las iglesias evangélicas siempre se le ha dado
un matiz de guerra, como por ejempl las cruzadas evangelísticas, la batalla
de la fe, la invasión evangelística, y que eso no quiere decir que se va a
derrocar a nadie o tomar territorio. Precisó que el lenguaje de guerra es
parte del folclor cristiano evangélico.