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La
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), es un poder dentro del poder. Un
Estado dentro del Estado. Tiene su propias leyes y normas; un presidente que es
el rector, un Congreso que es el Consejo Universitario integrado por decanos,
profesores, estudiantes y empleados, lo que la hace más democrática que el
gobierno central. </b>
La UASD Tiene su
propio presupuesto que maneja a discreción, lo que le da mayor nivel de
independencia. Y como si fuera poco, tiene su propio territorio, inviolable,
por demás.
De un tiempo
no muy lejano, a nuestros días, la más
vieja casa de estudios superiores del Nuevo Mundo, se ha convertido en un botín
de guerra donde el clientelismo y el paternalismo han alcanzado niveles
alarmantes. Profesores, estudiantes, empleados y dirigentes políticos han
convertido la UASD en su refugio y en una alcancía. Vagos y mediocres, viven de
la universidad pública desde hace décadas. Son como sanguijuelas.
El flamante
rector, Iván Gullón, ha prometido “sanear la nómina” que fue “duplicada” en el
último año por razones políticas, donde aparece “gente millonaria” que si dice sus
nombres, “temblaría la tierra”. En esa
tarea, de un golpe canceló más de 800 personas. Aún falta por sacar otro grupo
similar. Ojalá no solo sean cesanteados los de abajo, sino los de arriba.
Los
“millonarios” que cobran sumas cercanas a los cien mil pesos, incluso mucho
más, tienen posiciones políticas importantes en los partidos, tanto de derecha como de izquierda, pero sobre todo en
el PRD minoritario y mayoritario. Esa gente, que hará “temblar la tierra” lucha para mantener
sus botellones y para no verse en los medios de comunicación. (Lo que esa gente
le critica al gobierno, lo hace en la UASD, como si el dinero de la UASD no
fuera dinero del pueblo)
Un anillo de
acero rodea y presiona al nuevo rector para que evite que tiemble la tierra.
Las personas que lo forman piden imitar a Danilo Medina cuando llegó al poder:
¡Borrón y cuenta nueva! ¡No lanzarle piedras al pasado, ni mirar hacia atrás!
Me pregunto
hasta dónde Iván Grullón tendrá el temple para provocar un gran temblor de
tierra en la UASD cuyos efectos se sientan estruendosamente en todo el país,
danto un ejemplo de honestidad y de valentía.
Para relanzar
la UASD y convertirla en un centro académico moderno, a la altura de sus
similares en el hemisferio, hay que limpiarla de arriba abajo, por dentro y por
fuera. Fumigarla. No es tarea fácil. Lo sé.
Los poderosos de la UASD podrían
intentar matarlo o mantener una crisis de gobernabilidad para que no
haya paz ni sosiego durante su gestión.
Hago un
llamado a los profesores, empleados y estudiantes a demandar cambios radicales
en la UASD. A que todos se coloquen al lado del rector reclamando que sean sometidos
a la justicia los depredadores, no importa cómo se llamen ni la posición que
ocupen en tal o cual partido. La
impunidad no puede mantenerse en la UASD, como ocurre en el gobierno de Danilo
Medina.
La UASD no
es de ningún suplidor, ni de ningún grupo político, académico o empresarial. La
UASD es del pueblo, de los hijos de machepa. El dinero de la UASD no se puede
derrochar, ni dilapidar. La UASD debe volver a convertirse en un ejemplo de
honestidad, pulcritud y transparencia en
el manejo de sus fondos.