Gardel decía que 20 años no es
nada y aunque parece que fue ayer, son casi 20 años en el poder, 14 para ser
exacto. El primer cuatrienio del 96 al 2000, con el primer mandato de Leonel
Fernández y el primer gobierno del PLD.
Posterior a los 4 años del PRD; del
2004 al 2008 el segundo período del Presidente Fernández, luego el regreso del
León en el 2008 hasta el 2012, un presidente invicto, responsable de que el PLD
continúe en el poder y de pasarle la antorcha al actual Presidente Danilo
Medina cuando concluya esta gestión en el 2016 serán 16 años subidos en el palo
y al ritmo perredeísta, habrá PLD por mucho rato.
¡A Dios las gracias! Imagínense
usted, si a la fecha los perredeístas aún no han logrado ponerse de acuerdo,
resolver sus diferencias y solucionar sus conflictos internos ¿qué sería de
nosotros si hubieran ganado las pasadas elecciones presidenciales?
Remontándonos en el tiempo y recordando el gobierno de Hipólito Mejía, una
gestión conflictiva donde imperó el caos, el irrespeto y el disgusto de toda la
sociedad dominicana, dando como resultado un salto al vacío como lo advirtiera
el Doctor Balaguer en algún momento.
Aquellos jóvenes primeros
votantes del 1996, hoy en día tienen aproximadamente 35 años de edad y los
primeros votantes del 2012 rondan la edad promedio del estudiante universitario
de término, 21 o 22 años.
Esos mismos jóvenes primeros
votantes del 96 al 2012 no participaron en las Células ni los Círculos de
Estudio y mucho menos tomaron un examen para aprobar la membrecía peledeísta
pero sí han aprehendido el ideal del fundador del PLD, líder y maestro, el
Profesor Juan Bosch.
El liderazgo político trasciende
más allá del tiempo y la historia, tiene impacto directo en el comportamiento
de los seguidores, de la gente y su cultura. No ha de sorprendernos si
encontramos semejanza gestual o del tono voz en el discurso de los discípulos de
Bosch, Balaguer o Peña Gómez.
Un líder, político o no, es un
maestro. Los estudiantes son el reflejo de sus maestros. Nuestro accionar es un
legado silente. Por insignificante que parezca jugamos un papel de extrema
importancia en la historia que se escribe hoy.
Un líder, político o no, es un
visionario. Piensa en el relevo. Los jóvenes que incursionan en política son el
modelo reproducido por su maestro y el producto de la formación de su líder o
admirado.
La juventud dominicana, intrépida
y valiente, a medida que se empodera del conocimiento es capaz de emitir juicios
críticos propios, de un modo u otro participa en todo ya sea desde el gobierno,
la oposición o la sociedad civil.
Todas las organizaciones,
políticas o no, de la República Dominicana, tienen sus diferencias internas,
inclusive las más disciplinadas. Estas diferencias con tendencias a divisiones,
tienen un efecto parecido a las enfermedades catastróficas, son mortales.
El patrón del modelo político contemporáneo
se presta a facilitar la violación de los procesos, son nuestras autoridades
las que abren y cierran esas puestas; la gente lo percibe así, si no tenemos
"cuña o padrino" nada podemos lograr y en ese laurel descansan en paz
muchos sueños.
El Sistema Jurídico y los
Códigosmodificados son trajes a la medida de nuestros legisladores. Estos
ajustes de tipo ideológico-represivo difieren de las enseñanzas de los fallecidos
líderes fundadores de los tres partidos políticos mayoritarios.
Y en la balanza de comprobación
que asienta lo que los políticos dicen, lo que hacen y predican, la valoración
de la Política va menguando progresivamente y pierde fuerza en el latir del
corazón de las futuras generaciones, como dijoDuarte: “La Política no es una
especulación sino la ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía,
de ocupar las inteligencias nobles”.
¡Honorables! En la fe evocamos el
ideario de Duarte pero ¿estamos dispuestos a renunciar a todo por la patria?
Mileyma Izquierdo