Tenemos que reflexionar para ser justos; el inocente,
el que no duda, ni sospecha se encuentra como el hombre primitivo que está
siempre conforme. La duda arroja al hombre a la realidad, a la verdad.
Orlando Martínez fue un político y periodista de
izquierda, miembro del Partido Comunista de la República Dominicana, el cual
hacía oposición al gobierno de Joaquín Balaguer; fue vilmente asesinado a tiros
en 1975 durante la época denominada “los doce años”. El crimen se mantuvo
impune durante muchos años hasta que en el año 2000 fueron condenados los
actores materiales de esta atrocidad. La justicia no ha llegado hasta los
autores intelectuales de este asesinato.
Como destacado dirigente (cuadro) del Partido Comunista
de la República Dominicana, que como todo partido comunista se plantea
seriamente la toma del poder, Orlando Martínez logró una sólida formación en la
comprensión y estudio de la ideología marxista-leninista y elaboró una línea
política que puso en práctica junto a diferentes movimientos en el terreno de la
táctica, y aprobada por el partido, debía ejecutarla supeditando los intereses
profesionales a los intereses del partido. Poniendo siempre de manifiesto su
intransigencia frente al enemigo. Lo que
se ve en los ataques sistemáticos y despiadados (con razón o sin ella), al
gobierno de Joaquín Balaguer y a ciertos
círculos militares.
Como muestra de lo anteriormente expresado, cit “El Partido
Comunista Dominicano, el PCD de Orlando Martínez, seguía una táctica política y
alianza con un sector del reformismo gobernante en 1975, y entendía que
atacando a uno de los sectores militares balagueristas conseguía el propósito
político que se había propuesto. Esta táctica le costó la vida a Martínez según
Juan Bosch” (Cito al periodista Víctor
Grimaldi, artículo publicado el 28 de noviembre del 2013).
El periodista Martínez no se limitaba a las críticas a
Joaquín Balaguer y sus círculos militares, sino que también lo hacía a quien
interfiriera sus planes políticos, o a quien le indicara el Partido que es
siempre la última palabra.
A unas declaraciones de Balaguer en las que afirmaba
que Bosch había sido conquistado por ideas comunistas éste le contestó que él
no era ni había sido comunista. “Estas declaraciones de Bosch recibieron una
serie de artículos críticos de Martínez. Al PLD llegaron informes de que fueron
inducidos por la dirección del PCD”. Cito de nuevo al periodista Grimaldi. Todavía
a la hora de su asesinato registraban un intenso enfrentamiento político en la
prensa.
El periodismo
es dar a los ciudadanos la información precisa y fidedigna que necesitan para
desenvolverse en una sociedad libre, presentada de forma imparcial, e independiente
de influencias externas.
La misión de los periodistas es con la sociedad y no
con los partidos políticos
Orlando Martínez ejercía principalmente un periodismo
de opinión, de combate que se especializaba en escandalosas denuncias. Este
tipo de periodismo es un texto personal acerca de un determinado tema o asunto,
que cuando interpretan los hechos lo hacen con ideas y concepciones previamente
asumidas, producto de una educación determinada; nunca el periodista de opinión
será imparcial absoluto. Es difícil distinguir aquello que se explica por pura
ideología o por una libre y recta interpretación de los hechos.
Orlando Martínez era un político y periodista
militante que servía a la ideología marxista leninista y al Partido Comunista
de la República Dominicana.
Sabemos bien que por su naturaleza, todos los
totalitarismos generan políticas criminales. Lo hacen todas las dictaduras e
incluso a veces las democracias en ciertas coyunturas, y el comunismo que ha
provocado tantos dramas humanos en todos los sitios en que ha estado en el
poder es uno de los mas patéticos ejemplos de la supresión de todas las
libertades, incluyendo la de expresión.
Un ejemplo del significado de la libertad en los
regímenes comunistas lo dio su líder Lenin, preguntado por el socialista
español Fernando de los Ríos sobre cuándo el régimen bolchevique traería la
libertad para los ciudadanos, el dictador soviético le contesto, quitándose la
careta : “¿Libertad para qué?”.
El asesinato de Orlando Martínez fue un salvajismo
incalificable, todo lo que hizo como político y periodista fue legítimo. Tenía
todo el derecho.
Pero nosotros que queremos democracia y que se
respeten nuestros derechos, nuestras libertades, no podemos declararlo símbolo
de la libertad de expresión o del periodismo independiente.