Esa es la vía correcta para enfrentar esta situación porque es una decisión equilibrada entre los dos sectores que estamos en posiciones disímiles frente a la sentencia del Tribunal Constitucional.
Por Euri Cabral
Desde el primer momento en que el Tribunal Constitucional dictó la sentencia 168-13 mediante la cual decidía que una parte considerable de la población dominicana de origen haitiano perdía sus derechos de ciudadanía, el presidente Danilo Medina asumió una actitud digna expresando que esa decisión, la cual acataba y respetaba, creaba un serio problema humano al cual debía buscársele una salida justa, digna, humana y concertada por todos los sectores la nación.
Fruto de ese criterio inició un ciclo de consultas con todos los sectores para consensuar esa solución. Al parecer el punto de mayor conflicto en la eventual propuesta del presidente es el referente a que se reconozca la ciudadanía dominicana a aquellos dominicanos de origen haitiano que tienen un documento válido, sea cédula o acta de nacimiento, emitido de manera legal por la Junta Central Electoral antes del 10 de enero del 2010, cuando se inicia la validez de la nueva constitución que es donde se establece con claridad que quienes nacen en territorio dominicano pero sus padres son ilegales, no tienen derecho a la dominicanidad.
Esa solución es justa y válida y no afecta la decisión del Tribunal Constutcional pues lo único que plantea es que los casos que estén documentados por la Junta Central y de los cuales la responsabilidad es del estado dominicano al haberle emitido esos documentos, sean reconocidos como tales. Juristas especializados en derecho constitucional le han demostrado al presidente Medina que esa decisión no viola la constitución ni lesiona la decisión del Tribunal Consittucional, sino que por el contrario le sirve de complemento y le quita el peso de la injusticia a esa decisión. Y por demás derriba el argumento que se ha estado manejando en los organismos internacionales de que en alguna forma estamos violando los derechos humanos pues le estamos quitando la ciudadanía a personas que ya la tenían.
Esa es la vía correcta para enfrentar esta situación porque es una decisión equilibrada entre los dos sectores que estamos en posiciones disímiles frente a la sentencia del Tribunal Constitucional. Los sectores ultranacionalistas que quieren que todo el mundo vaya al proceso de naturalización y se mantega el espíritu injusta de la sentencia, quieren acusar al Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, de ser el propiciador de esa solución sin tener presente que Danilo Medina es un líder político que tiene una visión y una voluntad de actuar acorde a lo que cree por sus convicciones y su espíritu justo y humano. En este caso y en cuaquier caso, las actuaciones de Gustavo Montalvo en tanto Ministro de la Presidencia, parte de una decisión clara, firme y decidida del presidente Medina. Que de eso no le quepa dudas a nadie.
Ya es hora que el presidente Medina envíe al congreso el proyecto especial de Ley de Naturalización que tiene preparado, sin temor a chantajes ni presión de ninguno de los sectores sin importar cuál sea su posición. Es tiempo de actuar acorde al sentido de justicia y humanidad frente a este caso consciente que no todos estarán de acuerdo con esa propuesta pero que el juicio de la historia le dará a usted, presidente Danilo Medina, la razón y la verdad.
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