Como en los viejos tiempos, el concierto de Fernando Villalona para celebrar el Día de las Madres en el yate Infinity navegando sobr el río Hudson de Nueva York rompió récord de asistencia de público, a un punto tal que más de 300 personas se quedaron sin poder entrar a la embarcación que partió a las 6:30 de la tarde desde la terminal 40 del puerto de Manhattan.
Observadores y entendidos dijeron que hacía tiempo no se veía una concurrencia tan amplia en una gira artística en un barco, generada por centenares de personas que acudieron de lugares tan lejanos como el estado de Boston, a darle respaldo al Mayimbe como en época de la fiebre Mayimbista, con un entusiasmo sorprendente, que por lo visto los seguidores le han mantenido invariable al artista a través del tiempo.
Fue notoria la cantidad de gente de edad que por lo general por un tema de edad ya no acuden a los conciertos ni a los bailes de discotecas que encontraron en esta actividad la ocasión ideal para ver de nuevo a su artista de todos los tiempos.
Los fervorosos fanáticos que han seguido a Fernando Villalona, algunos por casi 40 años, se volcaron con inusitado entusiasmo a la presentación en el yate Infinity llenando a toda capacidad, y donde el artista ofreció un concierto memorable.
Villalona desplegó su repertorio amplio de canciones, complaciendo todas y cada una de las peticiones que le hicieron, y se le vió visiblemente emocionado por el respaldo y el cariño que todo el momento le brindó el público de la amplia concurrencia, que llenó todos los pisos de la embarcación y los balcones que daban al escenario central.
Fueron tres horas de música, en una peculiar actividad sobre las aguas del río Hudson en un barco lleno de gente, de música, comidas y bebidas, en un ambiente festivo, que saló de la rutina y formó parte de la gira que mantuvo durante quince días en Estados Unidos al hijo al artista criollo más aclamado de todos los tiempos.