Las matrículas del PRD y del PRSC pertenecen al Comité Político del PLD y en especial al leonelismo, y el PRD-mayoritario está entrampado y hasta daniliando.
Por Narciso Isa Conde
Pareciera que sí, pero Danilo no va tan en coche.
El centro de la contradicción dentro del aparato del Estado y el sistema tradicional de partidos, ya no es la partidocracia del PLD enfrentada a la del PRD. En ese plano el bipartidismo quedó atrás y rige un Estado unipartidista y dictatorial.
Las matrículas del PRD y del PRSC pertenecen al Comité Político del PLD y en especial al leonelismo, y el PRD-mayoritario está entrampado y hasta daniliando.
La contradicción principal dentro del Estado y del sistema pasó a las entrañas del cohollo del PLD, expresada en aguda competencia entre Leonel y Danilo, en la que el primero lleva la de perder.
El PLD como colectivo está optando mayoritariamente por el danilismo para continuar como partido-estado. Teme perder esa posibilidad re-postulando a Leonel y provocando un reagrupamiento opositor y contempla ya la reelección de Danilo, que precisa de una reforma constitucional puntual cuya llave congresual la tiene un Leonel presionado por los enjuiciamientos del ministro Díaz Rúa y del senador Bautista, y otros expedientes posibles de estructurar.
Esa situación puede obligar a Leonel a pactar impunidad por repliegue político. Ya pactó la mediatización del impacto de la sentencia del TC, facilitando la canalización del proyecto de ley de naturalización y obligando a los Vinchos a aguantarse un poco.
Hasta ahí Danilo va en coche. Pero verlo así sería quedarnos en el plano de las variables sistémica.
Sería ignorar que el reclamo contra la impunidad no resiste por más tiempo ser tratado exclusivamente como medio de presión para pactar ventajosamente con Leonel, que este pueblo va a exigir en grande su pronta definición sobre Loma Miranda y la cuestión minera-ambiental (bloqueada por transnacionales y sus socios de Estado), que más del 60% de la población asume que la economía marcha mal, que el mal negocio del DR-Cafta y los nuevos desmontes arancelarios habrán de provocar un desplome mayor del aparato productivo con graves consecuencias económicos-sociales…
Que las protestas seguirán creciendo y politizándose, apuntando hacia la democracia de calle… y que la dictadura política es tan grotesca como para que no sea aceptado pasivamente su matadero electoral.
Que así como los grados de aceptación de Danilo, que no son del orden del 80 o el 90% como se decía, sino de menos del 60, es alimento de una institucionalidad degradada y un neoliberalismo empobrecedor, así mismo su erosión podría facilitar altos niveles de impugnación de la misma en favor de un poder constituyente soberano y una alternativa no atada a TLC, a la destrucción minera-ambiental, al endeudamiento y a la negación de democracia.
Mayo 2014