A propósito de que este domingo se conmemora el Día de las Madres, siempre he pensado que todos los días son buenos para recordar y alabar el papel de la madre en la continuidad de la nación, a través de su heroico y permanente trabajo en la formación ética, moral y patriótica de las mujeres y los hombres dominicanos.
La madre es quien educa en los principios cristianos que enseñan el amor a Dios, demandan solidaridad y respeto entre los hombres y mujeres, reconocen la honradez, el ejercicio de la verdad y el apoyo a nuestros semejantes.
El gran amor de madre que debemos reconocer y respaldar es que nos enseña que, como dijo el poeta, lo que hay que ser es mejor y no decir que se es bueno.