La iniciativa del Presidente Danilo Medina en aumentar la inversión para la mejora del sistema educativo, ha incrementado las propuestas e inversiones en programas que buscan garantizar una preparación de calidad en quien imparte y recibe el fruto de la enseñanza.
Hoy los pronósticos pintan ser más positivos y certeros, el proceso de restructuración se ha dejado sentir en las diferentes provincias del país, con la construcción de escuelas incluidas en la tanda extendida y aunque queda mucho por hacer, estamos en el camino.
A diario surgen propuestas confiables con un alto nivel de preocupación en mejorar el sistema educativo, un sistema que por años estuvo opacado por la falta de inversión e interés, hoy los aires son distintos, se percibe un sector educativo más comprometido y preocupado.
Esto junto con los proyectos educativos que buscan fortalecer las debilidades de los docentes se suman para crear una educación soñada en un país que en pleno siglo XXI sigue siendo parte de los países en vía de desarrollo y que además forma parte de la lista de los países con los niveles educativos más bajos.
Pero la esperanza sigue en pie, el programa “Quisqueya aprende contigo” es un ejemplo de las iniciativas del gobierno de alfabetizar a jóvenes y adultos para fomentar en ellos el emprendurismo. Esto es solo una de las muestra de nuestro presidente de buscar un solución equitativa y viable para despertar un sector dormido y despreocupado.
Hoy la educación es una preocupación primaria, a través de ella se creará indudablemente una nueva oportunidad en los jóvenes de escasos recursos, los cuales recibirán sin escatimar gastos y esfuerzos una educación de calidad que procura crear las bases de una sociedad distinta.
El milenio de la educación, como fue decretado este año a traído sin prisas nuevas esperanzas para el sistema educativo y con ello ha despertado el interés de diversos sectores a formar parte de esta iniciativa transformadora que buscan inyectar en la sociedad dominicana nuevas formas de progreso y cambio.
Es pertinente aplaudir este tipo de acciones o al menos hacerse eco de las propuestas constructivas que surgen en la gestión que sea, eso sin duda anima y revive las fuerzas de hacer algo diferente y permite que cosas como estas se vean mas a menudo en una sociedad incrédula y dolida, que suprime su creencia en el dolor y la desesperanza que por años han llevado a cuestas y que la convierte en una sociedad insaciable que busca y quiere algo diferente.
República Dominicana se inserta así en el grupo de países que apuesta a la educación, y que cree que a través de ella se puede cambiar los vicios y desaciertos de una sociedad frustrada y lastimada por los altos niveles de corrupción y delincuencia, hoy es imperante que creamos que el cambio es posible, que sumerjamos todas nuestras fuerzas en hacerlo viable, así dejaremos de ser críticos para convertirnos en actores de nuestra sociedad.