Expresan que los dominicanos no tienen confianza ni en sus instituciones ni sus líderes, y eso podría dar una lectura de una sociedad que va en un rumbo decadente, a menos de que en un futuro inmediato emerjan líderes políticos, militares y empresariales con valores y que piensen realmente en su país.
El presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), Reverendo Fidel Lorenzo Merán, expresó su satisfacción por los resultados recientes de la encuesta Gallup sobre la confesión evangélica en la que un 42% de la población dominicana considera que no es nada corrupta, sin embargo consideró como muy preocupante una sociedad que percibe a sus líderes políticos, militares, policías y funcionarios como corruptos en su mayor parte.
“Aunque la sociedad tenga una buena percepción sobre la confesión evangélica, y sea la religión mejor valorada en el país, es un reto para sus líderes trabajar para que la sociedad sea mejor”, expresó Lorenzo Merán.
El presidente de CODUE se refirió en esos términos luego de la publicación de la encuesta Gallup-Hoy sobre la corrupción en el país publicada recientemente acerca de los sectores que la sociedad considera menos o más corruptos.
Refirió que es penoso observar la percepción de la impunidad reinante en el país, manteniendo índices realmente alarmantes en más de un 80% en todas las regiones del país, lo que indica la falta de esperanza y la poca credibilidad de las instituciones que luchan contra la corrupción.
“Debemos observar cómo los índices de corrupción e impunidad son altísimos y van de la mano. Los políticos, militares y policías encabezan los índices de corrupción en la encuesta y luego los empresarios y banqueros, sectores que tienen un marco considerable de influencia en la población”, expresó.
Señaló que el proceso de deterioro se ha agudizado porque el liderazgo político del país salvo raras excepciones ha hecho poco por la población cuando alcanzan el poder y la deuda social del Estado crece de manera alarmante.
Expresó que los dominicanos no tienen confianza ni en sus instituciones ni sus líderes, y eso podría dar una lectura de una sociedad que va en un rumbo decadente, a menos de que en un futuro inmediato emerjan líderes políticos, militares y empresariales con valores y que piensen realmente en su país.