Desde el año 2004, el Centro de Formación y Acción Social y Agraria (CEFASA), optó por trabajar la temática de los Derechos Humanos, tanto para promoverlos y construir una cultura de paz como para denunciar violaciones a los mismos.
Con ese fin, CEFASA creó una red promotores en las comunidades donde interviene, quienes se encargan de identificar y levantar la información de los casos y personas que sufren violación de algún derecho, para luego ser asesorados y acompañados en la resolución de éstos.
El día de hoy, presentamos al público general el primer número del Boletín de Derechos Humanos CEFASA, que servirá para publicar de forma bimensual la sistematización de las informaciones analizadas de los casos de violación de derechos humanos.
Como instrumento tutelar de los derechos fundamentales de nuestra sociedad y con mayor preocupación sobre los sucesos que padecen los tejidos sociales que se encuentran en grado de mayor vulnerabilidad, mediante este boletín nos constituimos en la “voz” de todos aquellos que por determinadas circunstancias no pueden ni han logrado hacerse oír.
En esta ocasión, ponemos en sus manos un trabajo realizado por la Federación Regional de Migrantes Haitianos en la República Dominicana, con el Apoyo de CEFASA, con el objetivo de evidenciar las condiciones en que viven los residentes de los bateyes del Ingenio Amistad, en Imbert, Puerto Plata.
Los hallazgos obtenidos se relacionan con la precariedad en la que están sumidos los habitantes de esta zona, por la falta de atención Estatal y la ausencia de los servicios básicos municipales, que revelan el vacío institucional por el que atraviesa nuestro país; pero los puntos más relevantes y en los que nos detendremos para buscar solución como nación, son los siguientes:
Primero, la escasez en la que viven los antiguos trabajadores de la caña, por el mal manejo y falta de aplicación de las leyes de seguridad social por parte de los empleadores y de la institución garante, que ha provocado que los que dieron su vida en la plantación y que hoy están viejos y enfermos, no cuenten con un seguro médico ni con un plan de pensiones que les garantice una vida digna, aún cuando cotizaron para la seguridad social.
Segundo, el Estado Dominicano ha creado un cordón de miseria alrededor de los ingenios del país, al dejar de proporcionar los mecanismos que permitan el acceso a los servicios básicos para aquellos que con tanto esfuerzo han aportado a que la economía dominicana se mantenga a flote, dado que la caña de azúcar ha sido un soporte económico para la Nación.
Por último, un tema que el país y los políticos de turno han manejado a su antojo y con un interés político, es la situación de la falta de claridad en la ley del registro civil, que ha provocado que muchos dominicanos de ascendencia haitiana queden en un limbo jurídico, personas que tienen como único pecado el ser hijos de migrantes que fueron traídos por el Estado y la Empresa Privada, para engrosar sus economías y hacer crecer su ego.
Este censo es reflejo de una realidad que se ha querido ocultar por décadas, que abre posibilidades para que el Estado y las instituciones sociales comprometidas con mejorar la vida de la gente, demos un paso al frente para buscar solución a los problemas y dificultades que afectan a generaciones de trabajadores de la caña. Todo esto nos llama a luchar para que los derechos y la justicia se pongan por encima de los intereses particulares.