Los juristas Rafael Alburquerque y Carlos Hernández, junto al magistrado Hermógenes Acosta defendieron sus visiones sobre las vías para abordar la reforma del Código de Trabajo en un panel en Funglode
El asesor del sector empresarial en el proceso de reforma del Código de Trabajo, Carlos Hernández, planteó que ha llegado el momento de repensar este conjunto de normas con modificaciones en al menos 26 puntos identificados por los empleadores, mientras que el ex vicepresidente de la República Rafael Alburquerque rechazó los argumentos empresariales y sostuvo que la realidad apunta más a un agotamiento del modelo económico que ha imperado en el país.
En el mismo escenario, el magistrado Hermógenes Acosta, experto constitucionalista y Juez del Tribunal Constitucional de la República Dominicana, se refirió a la colisión que se genera entre el Código de Trabajo vigente con la Constitución del 2010, en varias aspectos legales.
La Revista Dominicana de Ciencias Jurídicas (RDCJ) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) organizó el panel “Hacia una reforma del Código de Trabajo de la República Dominicana”, al que asistieron el ex presidente de la República y presidente de la fundación, Leonel Fernández, y la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, así como abogados, dirigentes sindicales y directivos del sector empresarial.
La abogada y directora de la Revista Dominicana de Ciencias Jurídicas, Laura Castellanos, moderó el panel, mientras que Marco Herrera, director ejecutivo de Funglode, tuvo a su cargo la introducción de la actividad.
Castellanos inició la presentación de los panelistas resaltando la necesidad de impulsar el debate en torno a la reforma al Código de Trabajo, aprobado en 1992, tras un largo proceso de discusión en la sociedad dominicana de entonces.
La necesidad de readecuar la legislación para adaptarla a las necesidades actuales institucionales del país, y con ello a Constitución vigente desde 2010, fue una de los planteamientos iniciales de Castellanos para dar inicio a las intervenciones.
El magistrado Acosta se refirió al contexto constitucional en el que surge la propuesta de modificación del Código, y consideró que en ese escenario hay dos aspectos que merecen tener en cuenta los principios constitucionales. Un primer aspecto tiene que ver con los cambios que se proponen en la cesantía, y los plazos de pruebas, y otro tema es el que plantea la imposición de pruebas antidoping a los empleados.
Advirtió que con estos dos temas puede haber algún tipo de choque, algún tipo de colisión. En el primer caso, explicó, la cuestión tiene que ver con los principios de progresividad de los derechos fundamentales, y en el segundo con lo relativo a la intimidad y la dignidad de las personas.
Recordó que la Constitución vigente consagra en su artículo 7 que el Estado dominicano es un “Estado social y democrático de derecho”.
El experto laboral Carlos Hernández sostuvo que la reforma del Código de Trabajo debe propiciar una mejoría en las relaciones laborales dominicanas y su marco regulatorio, siempre preservando los derechos adquiridos.
Se refirió a los 26 puntos del Código que el sector que representa entiende deben modificarse. Entre ellos mencionó los aspectos relativos a la contratación, la terminación de contrato, los embargos y las ejecuciones de sentencia.
Planteó que el Código necesita introducir mejoras para simplificar la contratación de personal y reducir sus costos, y también conciliar aspectos relativos a la suspensión, que se constituyen en dificultades para las empresas.
En cuanto a la terminación del contrato, afirmó que hay varios puntos que deben ser rectificados porque provocan constantes dificultades en la gestión del personal, que se remite mucho al derecho común.
También incluyó en los puntos que entiende deben reordenarse lo relativo al tiempo de la jornada de trabajo. Entre estos resaltó que se quieren mantener los límites actuales, 44 semanales, ocho horas diarias, permitiendo que muchas cosas que se dan en la realidad, se permitan legalmente, como la jornada cuatro por cuatro, cuatro por tres y similares, que se establecen mutuo acuerdo, en empresas de funcionamiento continuo.
Hernández consideró que “estamos en la época del diálogo y la concertación, y solo una tercera parte de la población económicamente activa está amparada por la legislación laboral y goza de protección social”, por lo que hay que concluir que la legislación actual no está cumpliendo su cometido y hay que modificarla.
El doctor Alburquerque, miembro de la Comisión Redactora del Código de Trabajo de República Dominicana de 1992, retomó su defensa a la normativa vigente, no sin reconocer que hay aspectos que deben adecuarse a la realidad que vive del país..
Tras recordar que fue el sector empresarial el que promovió la reforma del Código de Trabajo que entró en vigencia hace 22 años, ofreció cifras que sustentan su afirmación en el sentido de que éste no ha generado desempleo, como argumentan sectores empresariales.
Indicó que en el año 1990 el desempleo alcanzaba el 20%, y en 2000 había descendido a un 13%. Entre 2000 y 2004, como resultado de la crisis financiera creció a un 19.7% y en 2008 volvió a registrar un descenso, hasta llegar al 14.1%, mientras que para el 2013 se situó en 15.1%.
El jurista estableció la relación directa entre al aumento y descenso del PIB y los índices de desempleo en el país. Cuando el PIB ha bajado de un 5%, ha generado desempleo, y cuando ha subido por encima de ese porcentaje, ha provocado un aumento en las tasas de empleo, según explicó.
“No son las normas protectoras del trabajo las que generan desempleo, sino el desempeño de la economía”, dijo el ex presidente de la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo.
El dirigente político y experto laboral también resaltó el crecimiento sostenido del sector informal de la economía como evidencia de que no son válidos los argumentos que buscan modificar el Código de Trabajo con el argumento de que no permite el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.
Para Alburquerque, en la realidad actual, lo que procede es preguntarse si el país necesita asumir un nuevo modelo económico. “Es el Código de Trabajo o que el modelo económico se agotó”, preguntó. Sostuvo que hay que acometer una reforma tomando en cuenta que hay reclamos válidos del sector empresarial, pero que sobre todo hay que asumir los cambios respetando “la dignidad humana”.
Tanto Hernández como Alburquerque pusieron de manifiesto que hay puntos de avenencia sobre aspectos del Código que deben reformarse, tomando en cuenta los nuevos escenarios.