Hay expectación en la tierra, especialmente los científicos, por el avance de la “Nube Smith” hacia nuestra galaxia a una velocidad de 300 kilómetros por segundo.
Los científicos han establecido que esta tiene un cúmulo de materia de 9 mil 800 años luz de largo, compuesto por hidrógeno y presuntamente “cubierto” de materia oscura.
No discuten la colisión de esta nube con la Vía Láctea, lo que si crea tensión es las posibles consecuencias del fenómeno en la Tierra.
Quienes conocen de ella le atribuyen estar compuesta de una materia oscura que sirve de caparazón infranqueable, y mantiene la cohesión de dicha masa de hidrógeno gaseoso sobre la cual, conforme pasa el tiempo, se desvelan más incógnitas en lo referente a su composición.
Las informaciones señalan los investigadores han hecho referencia de tal existencia tras un estudio de observaciones desarrollado con el radiotelescopio GBT que la Fundación Nacional de Estados Unidos tiene en Virgina Occidental.
El choque que se espera es un fenómeno nunca visto y su extensión es tan grande como enigmática
Entre las incógnitas que existen referente a su viaje, es que aunque en teoría no debería haber sido capaz de mantener su cohesión durante su viaje a la Vía Láctea, si la ha mantenido.
De acuerdo a los estudios esta nube atravesó nuestra galaxia hace muchos millones de años. Ahora, los investigadores creen que la materia negra que le rodea se ha convertido en un caparazón infranqueable.
Ese caparazón representa aproximadamente el 80 por ciento de la masa de la nube que chocará con nuestra galaxia. Ella la protege y ha impedido su desintegración y de no ser por ella, hubiese desaparecido cuando chocó por primera vez.
Los investigadores la han situado a unos 8,000 años –luz de distancia de la Vía Láctea, a la cual se acerca a más de 250 kilómetros por segundo. Se espera que impacte de nuevo en aproximadamente unos 30 millones de años.