SANTIAGO.- Cuando prácticamente se han agotado los primeros cuatro años de la actual gestión municipal, para cuyo período el alcalde Gilberto Serulle prometió en la campaña del 2010 la cantidad de 250 medidas, incluyendo obras de infraestructura, el balance de lo cumplido es muy inferior a lo entonces ofertado, lo que hace suponer que será parte de la historia su anhelo de convertir esta ciudad en una zona metropolitana.
Construcciones no iniciadas, otras no concluidas y algunas no puestas en funcionamiento, a las que se suman varias iniciadas en la gestión anterior y que no fueron terminadas, hacen presagiar que los dos años que le restan al médico y político al frente de la cosa municipal no serán suficientes.
A esto se le suma y la terminación de la estación de bomberos que comenzó a construir la pasada gestión de José Enrique Sued en el sector El Dorado I, en la parte este de la ciudad, donde confluyen varios sectores con una amplia población.
Se trata de la segunda más importante estación bomberil que funcionaría aquí, la que fue iniciada gracias a donaciones hechas por empresas privadas y particulares, combinadas con erogaciones de la alcaldía.
Entonces se previó una inversión general de 75 millones de pesos, de los cuales se lograron reunir unos 35 millones de pesos, con los que se levantó la obra hasta donde aún se encuentra.
En la campaña del 2010 Serulle le enrostraba al entonces alcalde José Enrique Sued que era un mal administrador de los fondos puestos bajo su responsabilidad y que mucho de ellos lo gastaba en obras que no eran responsabilidad del cabildo, provocando así cuantiosas deudas millonarias, en desmedro de la mayoría de los santiagueros.
Sin embargo, este aspecto no ha sido diferente en sus cuatro años de gestión, a lo que suma la duplicación de la deuda que heredó, crisis económica que se refleja en varios aspectos, incluyendo el humano, pues ya es común que los obreros y empleados de la Alcaldía no puedan cobrar sus sueldos el 25 de cada mes, porque no hay dinero para esos fines.
En lo que respecta a las construcciones de trascendencia prometidas y no iniciadas o concluidas se destaca el denominado “Paseo del Yaque”, para la que se presupuestaron 30 millones de pesos, con el que se buscaría sanear las orillas del río que lleva ese nombre, fundamentalmente en los alrededores de los barrios Baracoa y La Joya, lo que incluiría la construcción en sus riberas de parques lineales y espacios de recreación, como parques y multiusos.
Aún están por convertirse en realidad un peatonal y un anfiteatro en las proximidades de la entrada hacia la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), por el elevado a la entrada de la ciudad.
La Plaza del Alfarero, edificada en el área monumental y que habrá de servir la producción y venta de manualidades, aunque hace meses que terminó de ser construida, es una incógnita su puesta en operación.
Hace alrededor de dos años el cabildo inició la construcción de un multiuso en el ensanche Bermúdez, pero hace meses la obra fue abandonada, comenzando sus moradores la semana pasada protestas, en reclamo de que esta sea concluida. Esta semana autoridades edilicias prometieron su terminación, ante protestas generadas por residentes allí.
Otras obras que, de acuerdo a datos obtenidos en el cabildo, también fueron iniciadas y no las terminan son la reconstrucción del parque del barrio Savica, las aceras y contenes del sector Santa Lucía, en Cienfuegos; el club Caza y Pesca, de Bella Vista y los recrecimientos de aceras y reata de la avenida 27 de Febrero, desde la Estrella Sadhalá hasta el parque León Jimenes. Para las mismas establecieron acuerdos económicos con ingenieros por más de 11 millones de pesos.
En cambio, hay que, aunque tienen más de un año presupuestadas y debidamente coordinadas con contratistas, pero que no han sido iniciadas, como el parque y área infantil del sector Los Robles, el reacondicionamiento total de las calles de El Dorado III y un parque temático en la urbanización Corona Plaza.
Por igual, paisajismo, arborización y protección vial de la avenida Las Carreras, transformación vial del barrio El Ejido y rescate de la cañada Hoyo de la Viuda y el proyecto “Santiago Bohemio”, con la peatonización en horas de la noche de la calle Del sol, con un presupuesto global superior a los 22 millones de pesos.
Este miércoles el concejal Domingo Ureña, del Partido de Acción Liberal (PAL) lamentó que “ni la cuarta parte de las promesas de campaña haya cumplido el alcalde Serulle, lo que demuestra que su interés en realidad no era acceder al puesto para desarrollar a Santiago”.
“Para los munícipes santiagueros esta administración se asemeja bastante a una pesadilla, la que tenemos que soportar por otros dos años, mientras la ciudad languidece ante el empeoramiento de los servicios públicos que son responsabilidad del cabildo”, indicó.
Promesas tangenciales hechas en la campaña, como el funcionamiento de los mini cabildos con presupuestos propios, la dedicación del cuatro por ciento del presupuesto municipal a programas educativos, de género y salud; la construcción de la casa del comunitario y que el 50 por ciento de los empleados de la Alcaldía serían mujeres, todavía están en veremos.
Como si en su administración se fuera a disponer de una buena parte del Presupuesto General de la Nación, Serulle prometió tantas obras que solo así podría haber ejecutado en los seis años de gestión.
A modo de ejemplo se puede citar su oferta electoral de que crearía una avenida paralela a la de Las Carreras, principal entrada al centro de la ciudad desde la zona monumental, con lo que buscaría el desdoblamiento del tránsito vehicular y la ampliación de las zonas para uso peatonal.
O la ampliación a cuatro carriles de la calle Sabana Larga hasta la avenida Bartolomé Colón; la conexión de la avenida Hatuey con el Parque Central y la unión con cuatro vías entre la avenida Estrella Sadhalá y la calle J. Armando Bermúdez “con una hermosa reata central destinada al tránsito y áreas de negocios”.
El entonces aspirante a dirigir los destinos del municipio prometió construir en los laterales de esa ampliación “un proyecto habitacional para realojar a las familias que actualmente malviven en los hoyos de miseria, como los de Puchula, Bartola, Pepe, La Viuda y Catalá”, lo que muchos califican como una quimera.
El asfaltado y conservación de las calles y avenidas de aquí, así como el aumento de la oferta de plazas de aparcamientos en el centro de la ciudad, a través de estacionamientos municipales y privados, que fueron compromisos electorales de Serulle, se perciben imposibles de realizar en los dos años que le restan de gestión.