Haití es un conglomerado de personas que en su mayoría no vive en el siglo 21. No es culpa de sus humildes habitantes, sino de la voracidad de las grandes potencias. Haití con toda su pobreza de hoy, fue granero de fuerzas imperiales, y saqueado en sus recursos naturales, pòr los que se beneficiaron de sus guerras tribales y dictaduras.
Por Manuel Hernández Villeta
El bagazo que hoy es Haití, se trata de echar sobre los hombros de la República Dominicana. La solución a la crisis haitiana, es necesaria para poner control a la migración de ilegales.
La inviabilidad de un Estado institucional en Haití es una realidad, y la frontera compàrtida también. Nadie podrá evitar en un futuro cercano que siga la entrada masiva de haitianos ilegales e indocumentados.
Los norteamericanos han tratado por todas las formas de detener la emigración desde territorio mexicano y le ha sido imposible. Donde hay facilidades de comer y una subsistencia donde pueda renacer la esperanza, mueve a la movilidad, aún a riesgos de perder la vida.
La República Dominicana tiene que tomar todas las medidas legales que considere convenientes para enfrentar el caso de los emigrados haitianos. Sin embargo, la solución a este problema es humanitaria y política, no necesariamente basados los correctivos en las leyes o los decretos.
Darle legalidad a la estadía en la República Dominicana a más de 20 mil haitianos, aligera el problema por ahora. Comenzar a legalizar a los que se encuentran sin papeles, es sencillamente enlodarse en este viejo inconveniente, y traer nuevos descontroles en menos de un año.
A los primeros que hay que legalizar es a los trabajadores residentes ilegales de las agro-industrias y de la zona de la construcción. A estos empresarios se les debe llama a cumplir con las leyes y se les tiene que exigir que legalicen a sus empleados.
¿Cuál es la razón de que las principales oficinas de constructores o productores de café, de tabacao y de la cría de ganado empleen a miles .de haitianos, y no hagan el menor esfuerzo por legalizarlos?. La úinica explicación es que ellos del desorden obtienen beneficios millonarios, empleando mano de obra barata, sin seguro de salud, sin educación, sin programas de viviendas y sin seguridad de ningùn tipo.
Para controlar la entrada ilegal de haitianos, hay que proceder a legalizar todo el comercio con Haití. Hay que cerrar la frontera, pero no con fusiles, sino fortaleciendo la conciencia social de los dominicanos que residen allí.
A pesar de que para muchos se solucionó el problema de los emigrantes haitianos, creo que se comienza a dar pasos de una nueva crisis que aflorará dentro de unos meses.