El Sistema Integrado de Atención a las Emergencias y Seguridad 911, de reciente inauguración en el país, tiene como meta inmediata socorrer a la ciudadanía en toda situación de causas o circunstancias, a veces no previsibles.
La efectividad de este moderno método dependerá de la destreza de las personas responsables del manejo de la alta tecnología de la información, quienes deben estar alerta para dar respuestas rápidas cuando se presente una emergencia.
A la par con la instalación de este programa, hay que desarrollar una permanente campaña mediática de educación y orientación dirigida a la ciudadanía sobre la base de importantizar el sistema, saber en qué momento deben llamar y así obtener los beneficios deseados.
El sistema 911, en todos los países donde opera, se considera una responsabilidad de todos. Por tanto, esa orientación debe llegar a la gente en forma inmediata a través de los medios de comunicación de masas, sobre todo los electrónicos que, salvo algunas excepciones, transmiten programas que son basuras.
Los padres de familia tienen una valiosa cuota de responsabilidad en este escenario; por lo tanto deben comenzar hablando con los hijos en relación al tema.
El principal obstáculo que enfrenta esta genial iniciativa es el comportamiento salvaje de algunos conductores que nunca ceden el paso a las unidades de emergencia (ambulancias, policía, bomberos) cuando se desplazan por calles y avenidas.
Creo en la necesidad de establecer una ley que castigue con prisión y elevadas multas (tal como ocurrirá cuando se hagan llamadas falsas) a los choferes o conductores que se compruebe han obstaculizado el paso de los vehículos asignados al sistema 911, cuando acudan a socorrer a alguien. Hay que dejar un mensaje claro sobre el particular.
El programa está diseñado para que cuando surja una emergencia, lleguen al lugar, de manera simultánea, una ambulancia equipada, los bomberos, la policía y, por supuesto, una unidad motorizada de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), que se encargue del franqueo.
Para eso será necesaria la colaboración de los ciudadanos.
Este servicio también se convierte en un método efectivo para fortalecer el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana contra la delincuencia que tanto temor ha provocado en la población.
Haciendo un poco de historia sobre el origen del 911, diríamos que es el número de teléfono más utilizado por países de todo el mundo, como mecanismo central de emergencias.
El primer número manejado como punto de contacto para cualquier emergencia fue utilizado en Inglaterra, en 1937. Mediante el número 999, los ciudadanos podían comunicarse con los bomberos, la policía y los servicios de emergencia médica desde cualquier lugar del país.
En Estados Unidos, el sistema nació en 1968. La primera llamada fue hecha el 16 de Febrero en Haleyville, Alabama y desde entonces ese servicio ha salvado muchas vidas en diferentes puntos del universo.
El número de emergencia empleado en Europa es el 112. Si bien en algunos países el 911 funciona, el 112 es el principal. El 999 es utilizado por algunos países en Europa, Asia y África.
Algunos de las naciones que utilizan el número de emergencia 911 son: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Uruguay, Paraguay, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Ecuador.
Esperemos que tenga los mismos resultados en la República Dominicana. Es una responsabilidad compartida.