Las conclusiones fueron presentadas en la Reunión Nacional de Investigación Demográfica en México, en la que se establece que en Estados Unidos viven 11 millones de mexicanos sin derechos civiles, sociales o políticos. Es la población más grande en esas condiciones desde el fin de la esclavitud en 1863, aseguró aquí el experto norteamericano Douglas Massey.
Massey, de la Universidad de Princeton, señaló que las deportaciones desde territorio estadounidense están creciendo y superan al número de detenciones de quienes intentan cruzas la frontera.
Cada año la patrulla fronteriza aprehende a 200 mil mexicanos, en tanto que las autoridades deportan a 400 mil ya ingresados y establecidos en Estados Unidos, detalló el especialista, citado por el diario La Jornada en su página digital.
De acuerdo con el sociólogo, los indocumentados que habitan en esa nación se encuentran atrapados, pues sólo tienen un 20 por ciento de probabilidades de reingresar al territorio norteamericano si salen de él, y sin la posibilidad de retornar no se van, pues dejarían ahí sus casas, familias, trabajos y vidas.
Massey presentó esta semana en la Universidad Iberoamericana, sede del encuentro, el estudio Tendencias de la migración internacional altamente calificada a Estados Unidos, según el cual, aunque se cree que son jornaleros quienes más van a trabajar de manera temporal al país vecino, ese hecho está cambiando.
En años recientes ha crecido el número de mexicanos que entran de manera legal a trabajar por temporada, pero el 95 por ciento de ese incremento se debe a personas que son enviadas por las empresas para las cuales laboran, así como otras que entran con visas de negocios.
Detalló que anualmente ingresan con visa de intercambio -enviados por sus compañías- más de 300 mil mexicanos; en tanto, con la de trabajador, menos de 300 mil; como inversionistas viajan alrededor de 150 mil; y los que van por comercio suman unos cien mil.
Por eso, consideró que hay una nueva realidad en la historia de la migración entre México y Estados Unidos y no se sabe si las condiciones actuales indican una nueva era o solamente una pausa.
Al decir del integrante de la Oficina de Investigación de Población de Princeton, ello depende de decisiones que tomarán políticos de ambos lados de la frontera en los próximos años, pero especialmente de decisiones que se adoptarán en territorio norteamericano.
Prensa Latina