Para dar una idea del descontrol de las finanzas públicas bastaría citar el déficits acumulado durante el periodo de 6 años comprendido entre 2006 y 2012 de 414 mil millones de pesos dominicanos.
Por Guillermo Caram
Sorprende el asombro recientemente manifestado por funcionarios gubernamentales e importantes instancias nacionales sobre la gravitación de deudas en finanzas públicas evidenciada por declaraciones alarmantes y prolongadas reuniones, puesto que desde hace tiempo muchas voces nacionales veníamos formulando advertencias en ese sentido.
Pero mas extraña que este planteamiento se formule separado del excesivo, irracional e improductivo, gasto público que ha sido el causante de déficits que han llevado a autoridades a financiarlo con endeudamientos. Disminuir endeudamiento tiene pues que ir de la mano con la reducción del gasto en función de las recaudaciones, tarea que el gobierno del Presidente Medina tiene que procurar.
Para dar una idea del descontrol de las finanzas públicas bastaría citar el déficits acumulado durante el periodo de 6 años comprendido entre 2006 y 2012 de 414 mil millones de pesos dominicanos; cifra que contrasta con los últimos 6 años de gobiernos reformistas de 1990 a 1996 cuando superávits acumulados por RD$ 7 000 millones.
Pero procurar que un gasto público equilibrada con las recaudaciones hace recordar aquella fábula de Samaniego sobre un “Congreso de Ratones” celebrado para deliberar como salvarse de las amenazas de “Miauragato” en el que se acordó, unánimemente, “echarle un cascabel” ante cuyo “ruido escaparían de la muerte”. Solo que al buscar quien ejecutaría tan arriesgada encomienda no apareció quien la asumiera; concluyendo el fabulista: “muchos en el mundo…proponen un proyecto…Lo aprueban…Pero ¿la ejecución? Ahí está el cuento!”
El desafío que tiene el Presidente Medina ante la gravitación fiscal del endeudamiento es pues identificar quien asume la valiente responsabilidad de ponerle cascabel al ga/s/to; teniendo en cuenta que en esto radica el origen del endeudamiento: en los déficits provocados por excesivos e improductivos gastos incurridos por administraciones dispendiosas.
Con Samaniego decimos que en los ga/s/tos es que está el cuento, solo que el gobierno tiene que encontrar quien le pone el cascabel para reducirlos.
Porque la fiscalidad deficitaria recibida por el presente gobierno no ha podido ser corregida satisfactoria y proporcionalmente durante el único año completo de la presente gestión: 2013.
Las recaudaciones fueron prácticamente consumidas en gastos corrientes requiriéndose para pagar la deuda tomar prestados RD$ 42 000 millones. Por supuesto todas las inversiones fueron financiadas con endeudamientos.
Del total del gasto corriente, el 36% correspondieron a subsidios, incluidos particularmente: el originado en un injusto y privilegiado sistema de fijación de precios de compra –venta de energía así como los copiosos subsidios socio-populistas-clientelistas que inhiben la capacidad de emprendimiento y la oferta de trabajo imprescindibles para el sano dinamismo económico que requerimos.
Otra partida desequilibrante de fiscalidad constituye la hipertrofia burocrática que consumió 30% de gastos corrientes durante 2013 no obstante disponer de leyes recientes impulsadoras de una dimensión adecuada y eficiente de nuestra administración.
El pago del servicio de la deuda, intereses y amortizaciones, consumió 29% del total de gastos suma que no podrá ser reducida mientras persista la recurrencia a nuevos endeudamientos.
Asombrarse por gravitación de deudas en fiscalidad carece de sentido sin encarar el gasto en estas partidas; tarea que el Presidente Medina, con el gran endoso popular que dispone, puede encabezar, encomendando poner el cascabel a quien comprenda que el éxito político sostenible está asociado a buena administración de recursos públicos.
Porque solo reduciendo subsidios y burocracia podrán equilibrarse los gastos con las recaudaciones, condición imprescindible para detener el endeudamiento.
Pero el clientelismo socio populista y la complicidad con las injusticias y los privilegios requieren de un gobierno suficientemente valiente y responsable para que actuando a través de un funcionario competente, le ponga cascabeles a los ga/s/tos asumiendo los restos y desafíos que estas tareas imponen.
Se necesidad valor y responsabilidad para reducir la burocracia: reordenar la desordenada administración pública, suprimir personal supernumerario o que no cumple obligaciones y procurar mayor equidad salarial.
Se necesita revisar los subsidios sociales establecidos: su efectividad social y económica, en el combate a la pobreza y como estimula el desgano hacia el trabajo, hacia el emprendimiento, la delincuencia y la corrupción
Se necesita imponer un nuevo esquema de fijación de precios de compra de la energía generada por empresas eléctrica amparándose en contratos y sistemas al margen de nuestras leyes, desestimulando la competencia y competitividad y produciendo ganancias excesivas financiadas con el subsidio gubernamental.
Es hora que el gobierno ponga el cascabel al ga/s/to para entonces poder frenar el endeudamiento.